Júbilo de los manifestantes en Sudán tras dimisión del jefe de la junta militar

Al día siguiente de la destitución de Omar al Bashir al frente de Sudán, el jefe de la junta militar de transición que dirigía el país dimitió el viernes y nombró a otro militar para sucederlo, una decisión que fue recibida con júbilo por los manifestantes en Jartum.

Antes, los militares en el poder habían desmentido haber dado un golpe de Estado, en un intento para tranquilizar a la comunidad internacional y a los manifestantes.

Awad Ibn Ouf, el jefe del consejo militar de transición, anunció en un discurso a la nación retransmitido por la televisión estatal, haber renunciado a su cargo, y nombró en su lugar a Abdel Fattah al Burhan Abdelrahman, inspector general de las Fuerzas Armadas.

Esta declaración fue recibida entre gritos de alborozo en la capital sudanesa, según periodistas de la AFP.

«El papel del consejo militar es proteger la seguridad y la estabilidad del país», había declarado poco antes el jefe del comité político de la junta, el teniente general Omar Zinelabidine.

«No es un golpe de Estado militar, sino una toma de posición a favor del pueblo», agregó.

– «Gobierno civil» –

«Iniciaremos un diálogo con los partidos políticos para estudiar cómo gestionar Sudán. Habrá un gobierno civil y no intervendremos en su composición», dijo, repitiendo las garantías formuladas antes por los jefes militares.

Los militares habían afirmado que Al Bashir, que dirigía el país con mano dura desde hacía 30 años, estaba detenido pero que no sería entregado al extranjero. La Corte Penal Internacional tiene un pedido de captura del expresidente por crímenes de guerra.

En rechazo a las decisiones de los militares, los manifestantes pasaron una sexta noche consecutiva delante del cuartel general de las Fuerzas Armadas en Jartum, a pesar del toque de queda.

Con motivo de una gran manifestación por la oración del viernes, miles de mujeres y hombres vestidos de blanco acudieron al cuartel general bajo un sol aplastante, según testigos.

«Es nuestro lugar. Lo hemos tomado y no vamos a abandonarlo hasta que se logre la victoria. Hemos violado el toque de queda. Vamos a continuar hasta que obtengamos un gobierno de transición», afirmó Abu Obeida, un manifestante.

«Estoy impresionado por lo que están haciendo aquí todos estos jóvenes», declaró Husein Mohamed, un anciano que dijo que provenía de Omdourman, cerca de Jartum.

El jueves, el ministro de Defensa, Awad Ibn Ouf, anunció la instauración durante dos años de un «consejo militar de transición», del que asumió la dirección.

– Integrar a los civiles –

Tras el anuncio de la destitución de Al Bashir, en el poder desde un golpe de Estado en 1989, la multitud lo celebró en las calles.

Pero este entusiasmo duró poco y los manifestantes llamaron a continuar con la protesta, que comenzó con la decisión del gobierno el 19 de diciembre de triplicar el precio del pan en pleno marasmo económico.

Bashir intentó reprimir la movilización por la fuerza e instauró el 22 de febrero el estado de emergencia en todo el país.
La policía indicó el viernes por la noche que 16 personas habían muerto por balas reales en estas últimas 48 horas. Un balance oficial daba cuenta hasta ahora de 49 muertos desde el inicio de las protestas el 19 de diciembre.

«La gente no quiere un consejo militar de transición» sino «un consejo civil» declaró el jueves en un tuit Alaa Salah, una estudiante convertida en el «ícono» del movimiento.

Una sesión de urgencia del Consejo de Seguridad de la ONU sobre Sudán tuvo lugar el viernes a puerta cerrada, a petición de seis capitales, incluidas Washington, París y Londres. Tras una hora de discusión se dio por finalizada, sin emitir una resolución, según diplomáticos.

Por la mañana, el embajador de Sudán en el organismo, Yasir Abdelsalam, intentó disipar los temores de la comunidad internacional. Los militares serán «garantes de un gobierno civil», insistió.

En Sudán del Sur, que obtuvo su independencia en 2011 tras 22 años de conflicto, Riek Machar, jefe rebelde opuesto al poder, dijo esperar que la destitución de Al Bashir no afecte al proceso de paz en curso en su país, en guerra civil desde 2013.

El espacio aéreo de Sudán fue cerrado el jueves durante 24 horas, y las fronteras terrestres hasta nueva orden.

Un alto el fuego fue anunciado en todo el país, en especial en Darfur (oeste), donde un conflicto causó más de 300.000 muertos desde 2003 según la ONU.
Uno de los jefes rebeldes de Darfur, rechazó el jueves esta «revolución de palacio» y llamó a «un gobierno civil de transición».

AFP