Juan Rodríguez, el padre que olvidó a sus mellizos de un año y medio dentro de su automóvil por más de ocho horas, lo que les causó la muerte, se declaró inocente de homicidio y homicidio por negligencia criminal la noche de este sábado 27 de julio.
Rodríguez se presentó a la primera audiencia de su caso, en la que le fue fijada una fianza de 100.000 dólares para poder ser dejado en libertad.
Durante la sesión, el trabajador social de 39 años rompió en llanto cuando el juzgado describió cómo los cuerpos de Phoenix y Luna llegaron a tener una temperatura de 40,5 grados celsius, por el carlor que se generó en el vehículo al quedarse cerrado y estacionado bajo el sol.
La hipertermia provocó que los bebés se deshidrataran y sacaran espuma por la boca.
A la audiencia asistieron personas de 50 familias que apoyaron al ex combatiente de Iraq durante su juicio. También su madre y esposa estuvieron presentes, quienes aún intentan lidiar con el dolor de la muerte de los mellizos, pero que apoyan completamente a Rodríguez.
Algunos hechos que ayudaron a que el trabajador social resultara inocente fueron que tiene otros tres hijos quienes nunca pasaron por un descuido parecido.
Además vecinos del hombre acusado, declararon que siempre había sido un padre amoroso y cuidadoso con sus hijos. Lo sucedido el viernes 26 de julio se trató de un caso aislado.
«Siempre estaban jugando en el patio. El fin de semana pasado tuvieron un gran campamento con tiendas de campaña en el patio trasero. Siempre jugaba a la pelota o baloncesto con su hijo mayor», dijo un conocido de Rodríguez a The New York Post.
Cuando el padre salió de la audiencia rompió en llanto y abrazó a Marissa, su esposa. Su estado emocional decayó cuando las autoridades narraron el sufrimiento que habían tenido los pequeños antes de su muerte.
El viernes a las ocho de la mañana, Rodríguez llegó a un hospital para trabajar. Se suponía que dejaría a sus hijos en la guardería, pero lo olvidó y los dejó en el asiento trasero del vehículo. Ese día la temperatura en Nueva York alcanzó los 26 grados celsius.
A las cuatro de la tarde, cuando había terminado su jornada laboral, el trabajador social regresó a su automóvil para dirigirse a su casa. Después de diez minutos manejando en la ciudad, volteó hacia atrás y se percató de que en el asiento trasero se encontraban los mellizos sin vida.
Un grito desgarrador de dolor y un freno en seco provocó que los transeúntes se acercaran a ver qué le pasaba al hombre cuando descubrieron la fatalidad. Llamaron a las autoridades quienes entre la confusión del padre, realizaron los procedimientos legales necesarios y lo detuvieron.
Las personas de la zona se movilizaron para colocar un altar con velas y flores en el lugar donde se descubrió que los bebés habían fallecido. Algunos dieron su opinión a medios de comunicación locales y manifestaron que el padre debía ser juzgado por haberle provocado la muerte a los mellizos.