El potente tifón Hagibis tocó tierra en Japón el sábado por la tarde, donde su llegada fue precedida por lluvias torrenciales y fortísimos vientos que provocaron la muerte de al menos dos persona y la declaración de alerta máxima por lluvias, lo cual implicó una recomendación de evacuación que afecta a 7,3 millones de personas.
Al atardecer, decenas de miles estaban en refugios y recibían raciones de emergencia y mantas cuando un sismo de magnitud 5,7 sacudió la zona de Tokio, aumentado la tensión.
«El tifón Hagibis tocó tierra poco antes de las 19:00 locales (10:00 GMT) en la península de Izu», al suroeste de Tokio, dijo la Agencia Meteorológica de Japón (JMA).
Pero antes de tocar tierra, Hagibis ya ocasionó problemas en los transportes e importantes cortes de electricidad. Las compañías aéreas anularon 1.669 vuelos internos y 260 internacionales el sábado, según la cadena de televisión japonesa, NHK.
La tormenta, en la que al menos 30 personas resultaron heridas, también motivó la cancelación de dos partidos del Mundial de rugby y provocó cambios en la programación del Gran Premio de Fórmula 1.
Se estima que Hagibis será el primer tifón calificado de «muy potente» en golpear la isla principal de Honshu desde 1991, cuando la JMA creó su sistema de categorías de intensidad, según medios japoneses.
Medio metro de lluvia
La JMA emitió una alerta máxima por lluvias en algunos vecindarios de Tokio. A mitad de la jornada se habían publicado órdenes de evacuación voluntarias para 3,25 millones de personas y las autoridades instaron a los ancianos, discapacitados y familias con niños a abandonar pronto la zona, según NHK.
Más de 13.500 personas acudieron ya a los refugios previstos por las autoridades, la mayoría de ellos porque sus casas fueron parcialmente dañadas por el tifón Faxai, que atravesó Japón hace un mes.
«Me fui porque el otro tifón arrancó el tejado de mi casa y ahora llovía dentro de casa. Estoy muy preocupado», contaba a la televisión local un anciano de 93 años que acudió a uno de estos refugios en Chiba.
La JMA alertó sobre un riesgo aún mayor de inundaciones debido a la cercanía de la luna llena, que incrementa las mareas, y advirtió del peligro de deslizamientos de tierra y olas inmensas.
La agencia prevé 50 cm de lluvia en algunas zonas de Tokio hasta media jornada del domingo, y aún más en la región de Tokai (centro).
Las televisiones mostraban imágenes de olas gigantescas golpeando los diques costeros y a los habitantes de zonas cercanas a corrientes de agua amontonando sacos de arena en la entrada de sus casas.
Los fabricantes de automóviles Toyota y Honda cerraron sus fábricas y numerosos supermercados y tiendas de alimentación de la capital tampoco abrieron el sábado.
El Japón-Escocia de rugby, en riesgo
No salgan, infórmense, reúnan provisiones. Estas eran algunas de las advertencias de los organizaciones del Mundial de Rugby a los aficionados, sobre todo a los extranjeros, por el peligro que representa este tifón.
«Permanezcan a cubierto, estén pendientes de las últimas informaciones sobre el tifón y sigan las recomendaciones de las autoridades», escribió la Federación internacional en un comunicado.
Miles de aficionados extranjeros se encuentran en la zona golpeada por Hagibis. La Federación les recomienda a todos que tengan listos sus documentos y algún medicamento básico por si tienen que abandonar el lugar donde están rápidamente.
El tifón obligó a anular dos partidos del Mundial de rugby (Francia-Inglaterra y Nueva Zelanda-Italia) y retrasó hasta el domingo por la mañana las pruebas clasificatorias del Gran Premio de Fórmula 1 en el circuito de Suzuka.
También podría comprometer el decisivo choque previsto el domingo entre Escocia y Japón. Los organizadores tomarán una decisión al respecto la mañana del domingo, tras evaluar los daños sufridos por los estadios y las redes de transporte.
Japón suele verse golpeado cada año por una veintena de tifones. Antes de Hagibis, Faxai dejó al menos dos muertos en septiembre y provocó importantes daños en Chiba. Más de 36.000 casas resultaron dañadas o destruidas y numerosos hogares quedaron privados de electricidad durante semanas.