Italia vislumbró hoy una leve disminución de los contagios de coronavirus, aunque las autoridades insisten en la necesidad de no aflojar las restricciones para contener la pandemia, que ya ha contagiado a 120.000 personas, 4.585 más en el último día.
En concreto, el numero total de contagios desde que se detectó el virus en Italia el 21 de febrero es de 119.827, lo que supone un aumento de 4.585 nuevos casos desde el jueves, un 3,98 % más, según el último parte de la Protección Civil.
En la actualidad, Italia registra 85.388 personas que dan positivo en coronavirus, 2.339 más que el día anterior. De estas, el 62 %, 52.579 pacientes, están aislados en sus casas con síntomas leves, 28.741 hospitalizados y 4.068 requieren de cuidados intensivos.
Del total de casos ya se han curado 19.758 personas, 1.480 en el último día, mientras que 14.681 han perdido la vida, 766 en las últimas 24 horas frente a las 760 del jueves, informó el jefe de Protección Civil, Angelo Borrelli, en una rueda de prensa.
«Hay una reducción en la transmisión del virus. La realidad nos dice que las medidas de contención han tenido eficacia, también hay una disminución en cuidados intensivos», resumió a su lado el doctor del hospital Policlínico Gemelli de Roma, Massimo Antonelli.
En cualquier caso, el experto señaló que «el pico todavía no ha terminado» y falta aún constatar una caída neta de los contagios, fruto de las restricciones y el confinamiento impuesto en todo el territorio nacional hace tres semanas, el pasado 9 de marzo.
La curva de contagios cede levemente
El Instituto Superior de Sanidad italiano (ISS) ha confirmado esa tendencia de ligero descenso en la curva de contagios, pero exige que se persevere en las medidas contra la difusión del patógeno.
«La curva de nuevos casos en Italia muestra una especie de meseta, tal vez una ligera disminución», indicó esta mañana Giovanni Rezza, el jefe de enfermedades infecciosas del ISS.
Pero, al mismo tiempo, advirtió de la necesidad de insistir en las medidas de restricción social, como el confinamiento, sin las cuales, apostilló, las víctimas se habrían seguramente multiplicado.
«Sin medidas en seis meses habríamos tenido la inmunidad colectiva, pero con un gran número de muertes y de afectados», sostuvo.
La tendencia se confirma en Lombardía
Esta tendencia a la baja también se confirma en la región de Lombardía (norte), la más azotada por la pandemia en Italia: solo en su territorio se han contabilizado 47.520 contagios desde el primero autóctono en la localidad lombarda de Codogno.
A día de hoy, 26.189 personas dan positivo en COVID-19 y han fallecido 8.311 enfermos del total, pero la evolución es «confortante» porque demuestra que «se ha frenado el crecimiento», según celebró el consejero regional de Salud, Giulio Gallera.
«Nos encontramos en una fase de estabilización que tiende a la reducción», sostuvo, para luego destacar la menor presión en los hospitales, que «empiezan a respirar» después de semanas al borde del colapso.
Las restricciones se alargarán
El pasado miércoles, el primer ministro, Giuseppe Conte, pidió un nuevo esfuerzo a los italianos y prorrogó diez días más las restricciones y el confinamiento de la población, hasta el 13 de abril.
Sin embargo, nadie duda de que esta situación se alargará.
En este sentido, el jefe de la Protección Civil italiana consideró que el cierre del país debe durar al menos hasta el 2 mayo y que su apertura deberá ser gradual y a partir del día 16 de ese mes.
«Debemos usar medidas firmes y de precaución porque la posibilidad de que pueda haber un retorno del virus no está excluida, como lo demuestran las nuevas medidas en China», agregó en declaraciones a la emisora pública «Radio Anch’io».
Una vez se controlen los contagios, y a la espera de una vacuna que ponga fin a la amenaza de una vez por todas, Italia afrontará lo que en el Gobierno han bautizado como «Fase 2», la de la convivencia con el patógeno, sofocando eventuales brotes.
El ISS explicó que entonces «habrá un reinicio de las actividades de producción», pero añadió que el control en el territorio tendrá que fortalecerse enormemente.
Como armas esenciales contra el patógeno se requerirá una identificación temprana de casos, su aislamiento inmediato y el desarrollo de estrategias para minimizar la transmisión, por ejemplo, entre familias y trabajadores sanitarios.
EFE