Israel prohibió a la relatora especial de la ONU sobre los derechos humanos en los territorios palestinos ocupados, Francesca Albanese, la entrada en el país por sus recientes declaraciones de que el ataque del movimiento Hamás contra Israel fue una «respuesta a la opresión» de Israel, informó la oficina de prensa de la Cancillería israelí.
«El ministro de Exteriores (israelí), Yisrael Katz, y el ministro del Interior, Moshe Arbel, decidieron hoy anunciar que se prohibirá a Francesca Albanese la entrada en el Estado de Israel tras su indignante declaración de que ‘las víctimas de la masacre del 7 de octubre fueron asesinadas no por ser judías, sino en respuesta a la opresión de Israel’», señala el comunicado.
El domingo, la relatora especial escribió en la red social X (antes Twitter) que no estaba de acuerdo con esta afirmación de Macron, afirmando que Hamás atacó Israel por la opresión a los palestinos, no por odio a los judíos.
Albanese también lamentó que «Francia y la comunidad internacional no hicieran nada para evitarlo».
El Ministro de Exteriores israelí pidió a los dirigentes de la ONU que despidieran inmediatamente a Albanese por sus comentarios antisemitas.
La era del silencio judío ha terminado. Si la ONU quiere volver a ser un organismo significativo, sus dirigentes deben desautorizar públicamente los comentarios antisemitas y despedirla inmediatamente», subrayó Katz.
El pasado 7 de octubre, el movimiento Hamás atacó Israel desde la Franja de Gaza, causando unos 1.200 muertos, cerca de 5.500 heridos y capturando a unos 250 rehenes.
En represalia, Israel declaró la guerra a Hamás e inició ataques masivos contra las instalaciones civiles y otras en Gaza, al tiempo que imponía un bloqueo total al enclave palestino, cortando el suministro de agua, alimentos, medicinas, electricidad y combustible. El 27 de octubre, Israel lanzó una incursión terrestre a gran escala en la Franja de Gaza.
Del 24 de noviembre al 1 de diciembre, durante una tregua humanitaria pactada con la mediación conjunta de Catar, Egipto y Estados Unidos, se canjearon 80 rehenes israelíes de Hamás, en su mayoría mujeres y niños, por 240 presos palestinos sin delitos de sangre. Además, las milicias palestinas liberaron a casi 30 cautivos más, en su mayoría tailandeses residentes en Israel. Unos 130 rehenes todavía permanecen cautivos en Gaza.
Al expirar la tregua, las operaciones bélicas se reanudaron y el flujo de ayuda humanitaria que llega al sur del enclave palestino desde Egipto se redujo nuevamente a una quinta parte de lo que Gaza recibía antes de esta guerra, según la ONU.
Los ataques israelíes han dejado hasta el momento más de 28.300 palestinos muertos, entre ellos 12.300 niños y unas 8.400 mujeres, y 67.900 heridos.
Rusia y otros países instan a Israel y a Hamás a pactar un alto al fuego y abogan por una solución de dos Estados, aprobada por la ONU en 1947, como la única vía posible para lograr una paz duradera en la región.