Israel afirmó este viernes 4 de octubre haber atacado la sede de los servicios de inteligencia de Hezbolá en Beirut, tras una serie de ataques contra altos mandos del grupo que el líder supremo de Irán tachó de contraproducentes. Por su parte, el presidente estadounidense, Joe Biden, sigue dando respuestas ambiguas sobre el posible apoyo de su país a Israel en caso de atacar instalaciones petroleras de Teherán.
Israel ha estado sopesando opciones en su respuesta al ataque con misiles balísticos iraníes del martes, que Irán llevó a cabo en respuesta a la acción militar de Israel en Líbano.
Los precios del petróleo han subido ante la posibilidad de un ataque contra las instalaciones petrolíferas de Irán, mientras Israel persigue sus objetivos de hacer retroceder a los militantes de Hezbolá en Líbano y eliminar a sus aliados de Hamás en Gaza.
El ataque aéreo contra Beirut, parte de un asalto más amplio que ha expulsado de sus hogares a más de 1,2 millones de libaneses, iba dirigido contra el posible sucesor del líder de Hezbolá, Sayyed Hassan Nasrallah, asesinado por Israel hace una semana.
La suerte de Hashem Safieddine no estaba clara y ni Israel ni Hezbolá han hecho comentarios al respecto.
Se oyó una explosión y se vio humo sobre los suburbios del sur de Beirut a primera hora del sábado, según testigos de Reuters, poco después de que el Ejército israelí emitiera tres alertas para que los residentes de la zona fueran evacuados inmediatamente.
La primera alerta advirtió a los residentes en un edificio del barrio de Burj al-Barajneh y la segunda en un edificio del distrito de Choueifat. La tercera alerta mencionaba edificios en Haret Hreik, así como en Burj al-Barajneh.
En un comunicado emitido a primera hora del sábado, Hezbolá afirmó también que el Ejército israelí estaba intentando infiltrarse en la localidad libanesa de Odaisseh, en el sur del país y que allí se estaban produciendo enfrentamientos.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo el 4 de octubre que pensaría en alternativas a atacar los campos petrolíferos iraníes si estuviera en el lugar de Israel y añadió que cree que Israel aún no ha concluido cómo responder a Irán.
Biden fue preguntado en una rueda de prensa en la Casa Blanca si pensaba que el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, estaba tratando de influir en las elecciones estadounidenses del 5 de noviembre, en las que el expresidente republicano Donald Trump se enfrenta a la vicepresidenta demócrata Kamala Harris.
«Si está tratando de influir en las elecciones, no lo sé, pero no cuento con ello», dijo Biden en respuesta. «Ninguna Administración ha hecho más por ayudar a Israel que yo».
El Gobierno de Líbano dice que más de 2.000 personas han muerto allí en el último año, la mayoría en las últimas dos semanas.
El portavoz de la ONU, Stéphane Dujarric, calificó la cifra de civiles de «totalmente inaceptable».
El Gobierno libanés ha acusado a Israel de atacar a la población, señalando decenas de mujeres y niños muertos, aunque No ha desglosado la cifra global entre civiles y combatientes de Hezbolá.
Israel afirma que ataca centros militares y toma medidas para mitigar el riesgo de daños a civiles. Además, acusa a Hezbolá y Hamás de esconderse entre la población civil, lo que estos niegan.
El Departamento de Estado de Estados Unidos confirmó que esta semana un estadounidense murió en Líbano y que Washington estaba trabajando para comprender las circunstancias del hecho.
Kamel Ahmad Jawad, de Dearborn, Michigan, murió en un ataque aéreo israelí el martes, según su hija, un amigo y la congresista estadounidense que representa a su distrito.
El portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller, declaró que estaba «alarmado» por los informes, y añadió: «es un imperativo moral y estratégico que Israel tome todas las precauciones factibles para mitigar los daños a civiles».
El último derramamiento de sangre en el conflicto palestino-israelí, que dura ya décadas, tiene su origen en un ataque perpetrado por militantes palestinos de Hamás el 7 de octubre de 2023, en el que murieron 1.200 personas y en el que unos 250 fueron tomados como rehenes, según los recuentos israelíes.
El posterior asalto de Israel a Gaza ha matado a más de 41.000 palestinos, según el ministerio de Sanidad de Gaza, y ha desplazado a casi toda la población de Gaza, provocado una crisis de hambre y dado lugar a acusaciones de genocidio que Israel niega.
El Ejército israelí afirma que unos 70 proyectiles fueron lanzados desde Líbano hacia territorio israelí el viernes por la noche y fueron interceptados o cayeron en campo abierto.
Israel envió fuerzas terrestres al Líbano esta semana tras los ataques con misiles iraníes. Ha dicho que sus operaciones terrestres están «localizadas» en pueblos cercanos a la frontera, pero no ha especificado hasta dónde avanzarían en Líbano ni cuánto durarían.
Israel afirma que el objetivo de las operaciones es permitir que decenas de miles de sus ciudadanos regresen a sus hogares tras los bombardeos de Hezbolá que les obligaron a evacuar su norte.
Irán promete no retroceder
La salva de misiles iraní fue en parte una represalia por el asesinato por parte de Israel del secretario general de Hezbolá, Hassan Nasrallah, una figura dominante que había convertido al grupo en una poderosa fuerza armada y política con alcance en todo Medio Oriente.
El líder iraní, el ayatolá Alí Jamenei, dijo ante una gran multitud en Teherán que Irán y sus aliados regionales no darán marcha atrás.
Los adversarios de Israel en la región deben «redoblar sus esfuerzos y capacidades… y resistir al enemigo agresivo», expresó Jamenei en una inusual aparición dirigiendo la oración del viernes, en la que mencionó a Nasrallah y calificó de legal y legítimo el ataque de Irán contra Israel.
Afirmó que Irán no «pospondrá ni actuará precipitadamente para cumplir con su deber» de enfrentarse a Israel.
La agencia de noticias semioficial iraní SNN citó al subcomandante de la Guardia Revolucionaria Ali Fadavi diciendo el viernes que si Israel atacaba, Teherán atacaría las instalaciones energéticas y de gas israelíes.
´Previamente, el Ejército israelí había informado que había matado al jefe de las redes de comunicación de Hezbolá, Mohammad Rashid Sakafi.
Hezbolá no hizo ningún comentario sobre la suerte de Sakafi.
Jamenei afirmó que los asesinatos solo servirían para espolear más ataques.
Edificios de Beirut arrasados
En el bastión de Hezbolá en los suburbios del sur de Beirut, muchos edificios han quedado reducidos a escombros. Casi todos los escaparates de la calle principal del mercado, Moawad Souk, resultaron dañados y la carretera se llenó de cristales rotos.
«Estamos vivos, pero no sabemos por cuánto tiempo», dijo Nouhad Chaib, un hombre de 40 años ya desplazado del sur.
La Autoridad Sanitaria Islámica, un organismo de defensa civil vinculado a Hezbolá, dijo que 11 médicos habían muerto en tres ataques israelíes distintos en el sur de Líbano el viernes.
El Ejército israelí declaró que en el último día había atacado varios almacenes de armas, centros de mando y control y emplazamientos de infraestructuras de Hezbolá en la zona de Beirut.
El ministro iraní de Asuntos Exteriores, Abbas Araqchi, de visita en Beirut y reunido con altos cargos libaneses, declaró que Teherán apoyaba los esfuerzos por lograr un alto el fuego en Líbano siempre que contara con el respaldo de Hezbolá y fuera simultáneo a un alto el fuego en Gaza. AFP