Independentistas catalanes continuan lucha ante Eurocámara

catalanes independentistaPeople wave Catalan pro-independence 'Estelada' flags and banners during a demonstration in front of the European Parliament on July 2 , 2019 in Strasbourg, eastern France. - Demonstrators protest in support of Catalan separatists unable to take seats as MEPs. (Photo by FREDERICK FLORIN / AFP)

Unos 45.000 en Bruselas en 2017, 10.000 este martes en Estrasburgo… Los independentistas catalanes no renuncian a llevar su lucha al corazón de Europa, pese a los reveses, como la imposibilidad para sus líderes de sentarse en la Eurocámara.

“Hemos venido para apoyar a los tres compañeros que votamos y ganaron en el Parlamento Europeo, porque sentimos que se están conculcando sus derechos y los nuestros”, aseguró Cesca Forcadell, de 67 años, que llegó desde Barcelona en avión.

Forcadell es una de las 10.000 personas que en este caluroso martes de julio, con temperaturas cercanas a los 30 grados, decidieron protestar durante horas en una explanada situada frente a la sede de la Eurocámara, el día de su constitución.

Junto a sus amigas Pilar y Teresa, decidió usar sus días de vacaciones para reclamar que Carles Puigdemont, Toni Comín y Oriol Junqueras puedan convertirse en eurodiputados, pese a no haber reunido los requisitos reclamados por España.

Desde el intento de independencia de octubre de 2017, los dos primeros, sobre los que pesa una orden de detención en España, residen en Bélgica, mientras que el tercero está en prisión preventiva a la espera del fallo de la justicia española.

La imposibilidad de llevar su causa al corazón del Europa representa un nuevo revés en el bloque, después de que ningún gobierno europeo reconociera su declaración unilateral de independencia, aunque atrajo la atención internacional.

“El pueblo no desfallecerá”, asegura Teresa Cabanyes, una enfermera de 69 años. “Es la gente la que quiere la independencia (…) No nos manipula nadie”, agrega mientras espera que empiecen las tres horas de acto.

Para su segunda manifestación fuera de España, las gorras, sombreros, paraguas y abanicos de color amarillo, usado para reclamar la liberación de los políticos presos, acompañaban la ineludible bandera ‘estelada’ independentista.

Y, para calentar motores, el abogado chileno Gonzalo Boye, cerebro de la estrategia jurídica internacional de Puigdemont y aclamado entre los sectores independentistas, que subió al escenario para anunciar que el líder catalán no acudiría.

“Hemos decidido que no es aconsejable llegar a este lugar porque no se puede garantizar que fuese a existir una medida administrativa consistente en llevarlo directamente a territorio español”, dijo Boye a la multitud.

Los manifestantes se tuvieron que conformar con ver un video del ex presidente regional catalán, grabado “a escasos metros” de Estrasburgo, desde el lado alemán del Puente de Europa que separa esta ciudad francesa de Kehl.

Puigdemont reitera que lucharán “hasta el final” para convertirse en eurodiputados porque “dos millones de personas” votaron fuerzas independentistas y que “sin respetar el derecho de los ciudadanos, no hay democracia posible”.

Su intento por llegar a la Eurocámara se saldó con un fracaso por el momento. La justicia europea desestimó la víspera su solicitud de medidas cautelares para asumir el cargo de eurodiputados, a la espera que la corte se pronuncie.

Por ahora, deberán esperar “varios meses” para que se trate el asunto, indicó a la AFP su abogado Jaume Alonso-Cuevillas. El Tribunal de Justicia de la UE (TJUE) también admitió a trámite este martes una cuestión prejudicial similar de Junqueras.

“No tiraremos la toalla nunca”, asegura Pilar Gaza, asidua a las manifestaciones de independentistas que, pese a su capacidad de movilización, empiezan a perder fuerza en Cataluña tras años de crisis política.