Independencia de Cataluña no se aprobará porque ningún gobierno la acepta

Rajoy

Para el político socialista Josep Borrell, «si la aprueban (la independencia), se acabó. El Gobierno español no tendría otra alternativa que intervenir con toda su fuerza», al tiempo que alertó de que «no se trata de un problema sólo español, sino europeo». 

EFE

 El exministro socialista español y expresidente del Parlamento Europeo (PE) Josep Borrell considera que las autoridades catalanas no declararán finalmente la independencia porque eso sería «cruzar el Rubicón, y ningún Gobierno europeo la aceptaría». 

«Creo que no la van a aprobar (la declaración de independencia), porque es el Rubicón. Ningún Gobierno europeo aceptaría que una parte de su país votase su independencia unilateralmente», dijo Borrell en un debate en la Fundación Jean Jaurès en París, destacó Efe.

Para el político socialista, «si la aprueban (la independencia), se acabó. El Gobierno español no tendría otra alternativa que intervenir con toda su fuerza», al tiempo que alertó de que «no se trata de un problema sólo español, sino europeo». 

Borrell opinó que «el gran consenso constitucional está roto, la sociedad está dividida en dos», por lo que se mostró convencido de que la única salida a la crisis sería «rehacer el consenso perdido, porque el statu quo ya no vale».

El exministro, autor de varios libros que argumentan contra el discurso nacionalista -prepara uno nuevo titulado «España no tiene quien la escriba»-, añadió que el relato independentista en Cataluña «no es mayoritario, pero sí es hegemónico».

«Si un extraterrestre nos mirase desde el cielo, vería una sola Cataluña, la independentista. La otra mitad está en sus casas, en silencio», manifestó.

Para Borrell, es «evidente que el independentismo ha ganado la batalla de la emoción, de la imagen, de la movilización, porque ellos han contado una historia, la de un país independiente desde Carlomagno, siempre reprimido por el Estado español, que perdió la guerra contra Franco y que hoy es expoliado fiscalmente». 

Frente a esta narrativa, se ha dado «un caso extremo de incapacidad y desidia» a la hora de articular una respuesta capaz de desmontar los mitos propagados por el nacionalismo.

«Es normal que durante los peores años de la crisis las autoridades no se ocupasen de este asunto, porque era un problema más grave, pero después el Gobierno ha sido un desastre de empatía», agregó.

El expresidente del PE relató a los presentes su visión sobre los acontecimientos de los últimos días, y criticó la intervención policial contra el referéndum unilateral del pasado domingo, a su juicio un «gran error».

«Se dieron los sucesos que vimos, lamentables, pero amplificados para dar la imagen de una masacre increíble, una especie de Tiananmen. El Gobierno se equivocó enormemente, en mi opinión no era necesario. Ya se había hecho todo lo posible sin recurrir a la fuerza, valía más dejar en evidencia a la policía catalana», dijo.

Tras avisar de que en este momento «es la economía lo que está en juego, no solo la catalana sino el mismo euro», lanzó un dardo en dirección a los empresarios catalanes: «Quizá deberían haber dicho algo antes en lugar de callar y guardar la ropa, porque dar marcha atrás ahora es difícil».

Reiteró su llamamiento al diálogo y a hallar una solución negociada que «acepte que hay hechos diferenciales», en la línea de una estructura federal, como ya ha propuesto su partido.

Pese a todo, «no creo que llegue el día en que la Constitución diga que la soberanía no reside en el conjunto del pueblo español. Eso no sería una España federal, sino una confederal, que no tiene casi precedentes», concluyó.