El Grupo de Lima insistió el lunes en pedir a Nicolás Maduro que deje el poder, pero descartó el «uso de la fuerza» en la solución a la crisis en Venezuela.
En su declaración final tras una reunión en Bogotá, «reiteran su convicción de que la transición a la democracia debe ser conducida por los propios venezolanos pacíficamente y en el marco de la Constitución y el derecho internacional, apoyada por medios políticos y diplomáticos, sin uso de la fuerza».
El grupo, al insistir en apoyar una transición democrática en Venezuela «sin uso de la fuerza», descarta así una intervención militar apoyada por países de Latinoamérica.
El diputado Julio Borges había informado ayer que en la reunión del grupo de este lunes, junto a Juan Guaidó, solicitaría el uso de la fuerza para salir del gobierno socialista de Maduro, por las acciones cometidas el sábado 23 de febrero cuando al menos cuatro indígenas fueron asesinados por actividad represiva y tres camiones con ayuda humanitaria fueron incendiados en la frontera colombo-venezolana. Sin embargo, esto no trascendió.
Además, Grupo de Lima pidió a la Corte Penal Internacional (CPI) considerar la «violencia criminal» de Nicolás Maduro y la «grave situación» humanitaria que está generando en Venezuela.
Los países «deciden solicitar a la Corte Penal Internacional que tome en consideración la grave situación humanitaria en Venezuela, la violencia criminal del régimen de Maduro en contra de la población civil y la denegación del acceso a la asistencia internacional, que constituyen un crimen de lesa humanidad», afirma la declaración leída en Bogotá por el canciller colombiano, Carlos Holmes Trujillo.
Por su parte, el grupo denunció «serias y creíbles amenazas» contra Juan Guaidó y responsabilizó al gobierno «usurpador» de Nicolás Maduro de lo que le pueda ocurrir al líder opositor, reconocido por medio centenar de países como mandatario interino de Venezuela.
«Cualquier acción violenta contra Guaidó, su señora o familiares (…) obligaría a actuar colectivamente al Grupo de Lima, acudiendo a todos los mecanismos legales y políticos», dijo Trujillo.
El Grupo de Lima -una alianza de 13 países latinoamericanos más Canadá- se había reunido por última vez el 4 de febrero en Ottawa. Entonces, 11 naciones pidieron un cambio pacífico de gobierno y llamaron a los militares a reconocer a Guaidó.
México, Santa Lucía y Guyana -que no reconocen a Guaidó como mandatario- se marginaron del encuentro en Bogotá, al igual que Costa Rica, que sí lo reconoce.