Los argelinos salieron en masa en el 53º viernes consecutivo para mantener, en vísperas de su primer aniversario, la llama de una protesta inédita que obligó a Abdelaziz Buteflika a dimitir pero sin lograr cambiar el «sistema» en el poder desde la independencia.
Más masiva que los últimos viernes, una multitud compacta de manifestantes -cuyo número es difícil de evaluar- desfila desde principios de la tarde cerca del Gran Correo, en el corazón de Argel, punto de reunión emblemático desde hace un año, según un periodista de la AFP.
Se les unió un interminable cortejo procedente del barrio popular de Bab el Oed, constató otra periodista de la AFP.
«¡No hemos venido a celebrar, hemos venido para hacerlos partir!», exclamaban los manifestantes, en medio de un importante dispositivo policial antidisturbios. «El pueblo quiere la caída del régimen», «La banda de bandidos debe partir», gritaban.
Varias organizaciones ciudadanas y partidos pidieron «la movilización popular para descalificar la agenda de la regeneración del +Sistema+ y sentar las bases de una nueva república».
«¿Cuál es el contenido de la segunda república? Es una república democrática y social que garantiza todas las libertades», comenta un manifestante, Samir Larabi.
Continuar la movilización
Según las redes sociales, el jueves por la noche se instalaron controles de seguridad en las entradas a la capital para dificultar el acceso de los argelinos procedentes de otras regiones.
Pero eso no le impidió a Bashir, de 50 años, llegar a Argel desde Ain Defla, a 150 km de distancia, para «celebrar el primer aniversario del Hirak («movimiento») y renovar las reivindicaciones de la contestación».
En las grandes ciudades de provincia también se celebran importantes marchas, según las redes sociales.
Hace un año, el viernes 22 de febrero de 2019, numerosos argelinos, a los que se decía entonces resignados y despolitizados, invadieron repentinamente las calles de todo el país, contra la voluntad anunciada del presidente Buteflika, casi invisible y mudo desde un derrame cerebral en 2013, de solicitar un quinto mandato.
Después de seis semanas de manifestaciones, el «Hirak» obligó al Estado Mayor del Ejército, pilar del régimen, a exigir y obtener, el 2 de abril, la dimisión de Buteflika.
En una entrevista celebrada el jueves por la noche con la prensa nacional, el presidente Abdelmadjid Tebbune, exfiel de Buteflika elegido en diciembre durante una presidencial muy criticada, rindió homenaje al «Hirak» que impidió el «colapso total» del país y aseguró que pondrá en práctica «todas sus reivindicaciones».
Sin embargo, en un «Manifiesto del 22 de febrero», publicado el jueves y distribuido el viernes por los manifestantes, organizaciones cercanas al «Hirak» exhortan a «continuar la movilización».
Los lemas siguen siendo de actualidad, recuerda el texto, que expresa «una voluntad de ruptura con las instituciones actuales» y el rechazo «de que el proceso de cambio se confíe al poder existente».