La estadounidense Google, cuyo sistema operativo Android está instalado en la gran mayoría de los teléfonos inteligentes del mundo, indicó que cortaba sus relaciones con Huawei, una decisión de graves consecuencias para el gigante chino, que ya no podría ofrecer Gmail o Google Maps a sus clientes.
Este inesperado anuncio se produce en medio de las tensiones comerciales con Pekín, y tras la espectacular decisión la semana pasada del presidente estadounidense Donald Trump de prohibir a los grupos estadounidenses comerciar en el ámbito de las telecomunicaciones con sociedades extranjeras consideradas «peligrosas» para la seguridad nacional.
La medida apunta principalmente a Huawei, el gigante chino de las telecomunicaciones, segundo fabricante mundial de smartphones y bestia negra de Washington, que acusa al grupo de ciberespionaje en favor del ejecutivo de Pekín.
En efecto, el grupo figura en una lista de empresas sospechosas con las que no se puede negociar sino después de obtener la luz verde de las autoridades.
«Estamos cumpliendo con la orden y examinando las implicaciones», dijo un portavoz de Google en un correo electrónico a la AFP.
«Para los usuarios de nuestros servicios, Google Play (tienda de aplicaciones Android, ndlr) y el sistema de seguridad Google Play Protect seguirán funcionando en los aparatos Huawei existentes», matizó el portavoz.
— Graves implicaciones –
Pero como el decreto presidencial prohíbe compartir tecnologías, Google va tener que ir más allá y suspender su colaboración con Huawei.
Las implicaciones pueden ser importantes pues, como todos los grupos tecnológicos, Google debe colaborar con los fabricantes de smartphones para que sus sistemas sean compatibles con los teléfonos.
Además solo podrá ofrecer a los usuarios de Huawei la versión libre de derechos de su programa Android, según una fuente cercana al caso.
Ello significa que esos usuarios no podrán ya acceder a las aplicaciones y servicios propiedad de Google, como la mensajería Gmail o Google Maps.
Es cierto que estas aplicaciones deberían permanecer activas al menos en un primer momento, indicó a la AFP otra fuente informada. Pero mientras el decreto siga vigente, Huawei se verá obligado realizar actualizaciones desde Android Open Source Projet – la versión libre de derechos– y sus clientes deberán hacer lo mismo.
Por tanto es posible que el grupo chino no pueda en el futuro ofrecer Android y todas sus aplicaciones, como la muy popular plataforma de videos YouTube.
– Pionero de la 5G –
Consultada por AFP, Huawei no respondió inmediatamente. La compañía china ya denunció esta semana «restricciones irracionales» que interfieren con sus derechos.
La firma, cuya sede está en Shenzen, en el sur de China, es además muy dependiente de los suministradores extranjeros: cada año, compra por 11.000 millones de dólares en componentes a grupos del sector estadounidenses, sobre un total de 67.000 millones de gastos en suministros, según el diario japonés Nikkei
La firma está desde hace tiempo en la mira de las autoridades estadounidenses, bajo sospechas de que espía para Pekín, que ha contribuido en gran parte a su espectacular expansión internacional.
Washington teme que este grupo, presente en 170 países y que asegura emplear a 190.000 personas, sea un caballo de Troya de China. El pasado militar de su fundador, Ren Zhengfei, su pertenencia al Partido Comunista, así como la opaca cultura que impera en Huawei han alimentado las sospechas de que el grupo está bajo control de Pekín, sobre todo tras una ley votada en 2017 que obliga a las empresas chinas a colaborar con los servicios de inteligencia del país.
En el primer trimestre, Huawei vendió 59,1 millones de teléfonos inteligentes, un 19% del mercado y más que la estadounidense Apple, aunque todavía por detrás de la empresa líder, la surcoreana Samsung.
Huawei es una de las empresas líderes del 5G, la nueva generación del internet móvil que está en proceso de despliegue.
Todo ello se produce mientras China y Estados Unidos, las dos primeras economías mundiales, libran una guerra comercial con la mutua imposición de aranceles, y en la que la tecnología es un eje fundamental de su enfrentamiento. AFP