La policía de Colombia informó este domingo haber frustrado un atentado contra el líder máximo de la exguerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Rodrigo Londoño, planeado por exjefes rebeldes que se apartaron al acuerdo de paz que puso fin a medio siglo de conflicto armado.
Un informante advirtió del «inminente ataque» contra el ahora presidente del partido FARC, también conocido como Timochenko, quien se hospedaba en una finca en el municipio de Finlandia, en el departamento del Quindío (centro), dijo a periodistas el director de la policía, Óscar Atehortúa, detalló AFP.
La policía reforzó entonces la seguridad de quien fue el máximo comandante de la exguerrilla, y el sábado, en un control vial, detectó a dos individuos que viajaban en una moto de alta cilindrada y cuya apariencia coincidía con la descrita por el informante, agregó Atehortúa.
Ante el requerimiento de los policías, los hombres dispararon con pistolas y fallecieron en el intercambio de tiros con los agentes. Los agresores «estaban a un poco más de un kilómetro de la finca del político» de 60 años, afirmó el director de la policía.
Los dos hombres armados fueron identificados como Guamby, quien militó durante 17 años en la exguerrilla, y Conejo.
Según Atehortúa, los dos fallecidos integraban una disidencia al mando de Hernán Darío Saldarriaga, conocido como El Paisa, un temido rebelde que durante años comandó la fuerza de élite de las FARC.
Saldarriaga es uno de los tres jefes de la exguerrilla que anunciaron una nueva rebelión armada en Colombia en agosto de 2019 comandada por el exnúmero dos y exjefe negociador en las pláticas de paz, Iván Márquez, por la «traición» estatal al acuerdo de 2016.
«Esta operación permitió impedir las pretensiones criminales de alias Iván Márquez y alias El Paisa contra dirigentes políticos del partido FARC», aseguró Atehortúa.
Encabezados por Londoño, quien tuvo diferencias políticas con Márquez antes de su rearme, las FARC han denunciado incumplimientos del Estado en el pacto suscrito con el gobierno del expresidente Juan Manuel Santos.
Y han exigido con reiteración garantías de seguridad por las muertes de decenas de excombatientes desde la firma de la paz, que, según las autoridades, han sido ejecutados por grupos narcotraficantes, disidencias y rebeldes del Ejército de Liberación Nacional (ELN).
El año pasado fueron asesinados 77 excombatientes, la cifra más alta desde que se firmó el acuerdo, según la ONU.
Márquez y Saldarriaga fueron expulsados del partido FARC y del proceso de paz. Según el gobierno de Iván Duque, que no les reconoce motivos políticos en su sublevación, se refugian en Venezuela.
Si bien el grueso de las FARC se desmovilizó -en total unas 13.000 personas-, unos 2.300 combatientes distribuidos en varios grupos conforman las llamadas disidencias, que se dedican mayoritariamente al narcotráfico y la minería ilegal, según inteligencia militar.
En esa cifra se incluyen rebeldes que se apartaron del acuerdo y nuevos reclutas. Se desconoce el número de combatientes al mando de Márquez y Saldarriaga.
AFP