Hernán Godoy, de 45 años, denunció haber sido abusado sexualmente por el cura Francisco Cox en el año 1991, en Chile, cuando era un menor de 12 años de edad, y cuando hizo la primera denuncia aseguró que el obispo también violentó sexualmente a otros niños.
Según denunció Godoy en el año 2002, cuando hizo la primera denuncia, sus padres “le permitían” pasar mucho tiempo en la iglesia por la dictadura militar que pasaba el país, y el obispo aprovechando la situación asaltó sexualmente a varios menores de edad.
La denuncia no prosperó, sin embargo, la iglesia reconoció el abuso y Cox pidió perdón de manera pública y notoria, asegurando que “ese lado oscuro que hay en él se opone al evangelio”.
Como penitencia, la iglesia lo envió a un monasterio en Vallendar, Alemania, para tener una vida de “retiro y penitencia”.
Los supuestos actos delictivos de Cox no se quedaron en Chile, a pesar de su mudanza, en Alemania pesa sobre el obispo chileno una denuncia de abuso sexual que data del año 2004, aunque no procedió porque la víctima no era menor de edad, aseguró el canal de noticias CNN.
El eclesiástico aseguró en una entrevista “que (las acusaciones) no son problema mío“ y que “no puede decir nada, ni conversar con televisión ni con periodistas”.
La máxima autoridad católica, el Papa Francisco, expulsó a Cox del sacerdocio, y mientras tanto, Godoy exige justicia penal para su caso.