El presidente francés, Emmanuel Macron, anunció este miércoles un nuevo confinamiento nacional, menos estricto que el impuesto en marzo, para intentar frenar la expansión de la pandemia de coronavirus por el país.
Hace falta dar «un frenazo brutal a los contagios» para evitar el colapso de los hospitales, afirmó Macron en una declaración televisada a la nación, reseñaron Agencias.
El país registró 292 muertos por COVID-19 el martes, lo que suponía la cifra más alta desde abril, superando los 258 del lunes.
Francia está a a punto de superar 1,2 millones de contagiados desde que se inició la pandemia, mientras que el número total de muertos alcanza los 35.541.
Sanidad indicó que 96 de los 100 departamentos del país están en situación de vulnerabilidad elevada.
En este nuevo confinamiento, las escuelas seguirán abiertas y se generalizará de nuevo el teletrabajo y las visitas a residencias de ancianos y centros de dependencia estarán autorizadas. Las fábricas, las explotaciones agrícolas y las obras públicas seguirán funcionando. La economía no debe pararse ni hundirse», afirmó. Entre los comercios y establecimientos «no esenciales» que deberán cerrar están incluidos los bares y los restaurantes.
Las fronteras interiores de Francia en el espacio europeo seguirán abiertas «y, salvo excepción, las exteriores se mantendrán cerradas», aunque los franceses en el extranjero podrán volver al país y se efectuarán test rápidos a todos los viajeros que lleguen al país.
La medida estará vigente «como mínimo» hasta el 1 de diciembre aunque el presidente galo ha subrayado que será revisada cada dos semanas y en caso de que la situación haya mejorado, se estudiará la reapertura de algunos de los comercios considerados no esenciales, aunque también se podrían endurecer las restricciones si la evolución de la pandemia empeora.