El primer ministro francés, Gabriel Attal, ha anunciado que los agricultores que no hayan recibido su ayuda correspondiente de la Política Europea de Apoyo a la Agricultura (PAC) para 2023 recibirán el abono «de aquí al 15 de marzo». El retraso de este pago era una de la larga lista de quejas que han iniciado las protestas de los trabajadores del sector, que este martes han continuado durante la jornada con bloqueos que afectan a una cuarta parte de los departamentos franceses y que han afectado a la circulación en las autopistas A1, A4, A5, A6, A13, A15 y A16, cerca de París
«De aquí al 15 de marzo, todas las ayudas de la PAC se abonarán en las cuentas bancarias de los agricultores», ha dicho el jefe del Gobierno.
El principal sindicato agrario, FNSEA, había pedido que «todas las ayudas de la PAC se paguen inmediatamente, sean cuales sean las razones del impago». Attal ha prometido «acelerar» el pago, pero sin precisar una fecha. Francia, primera potencia agrícola de la UE, es también el mayor beneficiario de la PAC, con más de 9.000 millones de euros anuales pagados a los agricultores.
Son ya diez días en Francia de protestas, de carreteras bloqueadas con tractores y acampadas en las autovías para impedir la circulación. Y así seguirán de momento.
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Asimismo, Attal ha dicho que el Gobierno tenía la intención de «reforzar» una medida de exención fiscal para los ganaderos. Además, ha asegurado que Francia ha reunido una coalición de 22 países de la Unión Europea que están de acuerdo en prorrogar una exención comunitaria sobre las tierras en barbecho, algo que también exigen los agricultores. «Estamos cerca de lograr una nueva prórroga de la exención», ha asegurado ante la Asamblea Nacional.
Por otro lado, ha prometido que cuando los fabricantes o las cadenas de supermercados incumplan las leyes que estipulan que los agricultores no deben cobrar por debajo de sus costes de producción, las multas impuestas se «reutilizarán para proporcionar ayuda financiera a los agricultores». También ha mencionado el aumento de las ayudas fiscales a los agricultores y «un importante plan de control sobre la trazabilidad de los productos», sin dar más detalles.
Mientras tanto, los bloqueos continúan en distintas autopistas francesas, incluidos puntos estratégicos en los alrededores de París. No se ha producido, sin embargo, el anunciado «asedio» a la capital, ni el bloqueo de sus aeropuertos, algo que el Gobierno estableció el lunes como «líneas rojas».
La cólera se extiende a otros países de Europa
La cólera de los agricultores se ha extendido por toda Europa. En España, el sector agrícola ha anunciado protestas en las próximas semanas y en Italia decenas de agricultores «traicionados por Europa» han desfilado este martes con sus tractores cerca de Milán. El gobierno griego, que también se enfrenta a las crecientes movilizaciones de la comunidad agrícola, ha prometido acelerar el pago de las ayudas económicas a los agricultores, afectados por las graves inundaciones del año pasado.
En una entrevista en Europe 1, Arnaud Rousseau, presidente del principal y potente sindicato agrícola FNSEA, ha reclamado «un cambio de rumbo» del Ejecutivo y «medidas de urgencia simbólicas». Ha explicado que la impresión que le dio el primer ministro este lunes es que tenía voluntad de ir «más lejos en todos los temas».
Una tractorada que salió de la ciudad de Agen (sur) el lunes y al que se han sumado otros vehículos por el camino ha hecho noche en Limoges y se dirige a la capital. Ha sorteado las tentativas de los gendarmes para interrumpir su recorrido y tiene por objetivo cerrar los accesos del mercado de abastos de Rungis, el mayor de Europa, a una quincena de kilómetros de París.
El ministro del Interior, Gérald Darmanin, que ha movilizado a 15.000 agentes, viene advirtiendo desde el fin de semana que no lo permitirá, como tampoco permitirá el bloqueo de los aeropuertos de Orly y Charles de Gaulle, ni la llegada de los tractores al centro de la ciudad. Darmanin ha pedido a las fuerzas del orden, sin embargo, que no intervengan en los bloqueos del llamado asedio a París ni en el resto del país -donde hay varias decenas- salvo si hay amenazas para los bienes o para las personas.
Después de un primer paquete de medidas el pasado viernes, que no consiguieron el fin de las protestas, los agricultores reclaman un cambio en la situación de competencia que dicen sufrir con los productos importados de otros países, incluidos los de la Unión Europea, como España e Italia, de donde llegan muchas frutas y hortalizas.
También un cumplimiento estricto de la ley Egalim que teóricamente garantiza que los industriales y los grupos de distribución deben pagar sus productos a un precio superior al de sus costos de producción.
Más allá de la simplificación de reglas y de la burocracia anticipada por Attal, exigen una modificación de la política europea para poner fin al barbecho obligatorio, limitar las entradas de productos de Ucrania y poner fin a los acuerdos de libre comercio con otros bloques económicos.
Estas últimas cuestiones serán abordadas por Emmanuel Macron en un encuentro programado durante la cumbre europea extraordinaria del jueves en Bruselas con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
El presidente francés quiere también que Bruselas renuncie a continuar las negociaciones con Mercosur sobre un acuerdo que lleva bloqueando desde que se firmó hace cuatro años y al que se opone frontalmente. RTVE