La mañana de este jueves se realiza la audiencia preliminar en contra del expresidente de Perú, Pedro Castillo, tras haber sido detenido en flagrancia por el golpe de Estado fallido que perpetró contra el Congreso.
Durante la audiencia, la Fiscalía anunció la imputación de Castillo por los delitos de rebelión y conspiración.
“Los hechos se subsumirían en el artículo 346 del Código Penal que tipifica el delito de rebelión que prescribe que el que se alce en armas para variar la forma de gobierno, deponer al gobierno o suprimir o modificar el régimen constitucional será reprimido con pena privativa de libertad no menor de 10 años ni mayor de 20 años”, explicó el Fiscal.
Además, los hechos también estarían enmarcados “en el delito de conspiración” previsto en el artículo 349 del Código Penal vigente que establece que “el que toma parte de una conspiración de dos o más personas para cometer delitos de rebelión, sedición o motín, será reprimido con pena privativa de libertad no mayor de la mitad del máximo de pena señalada para el delito que se trata”.
López Obrador abre las puertas de México a Castillo
El mandatario de México, Andrés Manuel López Obrador, expresó este jueves su postura en torno a la crisis política en Perú, un día después de que Pedro Castillo fuese destituido de la presidencia de Perú por «incapacidad moral» y que el Congreso juramentara a la vicepresidenta Dina Boluarte como sustituta en el cargo.
«Lamentamos mucho lo que sucedió porque desde que ganó, legal, legítimamente, Pedro Castillo fue víctima de acoso, de confrontación. No aceptaron sus adversarios, sobre todo las élites económicas, políticas de ese país, el que él gobernara», dijo.
En el marco de su conferencia matutina, López Obrador confirmó que Castillo buscó el respaldo de su Gobierno para solicitar asilo en la Embajada de México en Lima.
«Habló aquí a la oficina para que me avisaran de que iba hacia la Embajada, pero seguramente ya tenían intervenido su teléfono, y que iba a solicitar el asilo, que si le abrían la puerta de la Embajada», contó el mandatario.
En ese momento, López Obrador le dio indicaciones al canciller mexicano, Marcelo Ebrard. «Le dije que hablara con el embajador (Pablo Monroy) y se abriera la puerta de la Embajada, con apego a nuestra tradición de asilo, pero al poco tiempo tomaron la Embajada con policías y ciudadanos, y él ya ni siquiera se pudo salir, lo detuvieron de inmediato», añadió.
En este marco, López Obrador pidió que se respeten los derechos humanos de Castillo y de su familia. «Que se actúe con legalidad verdadera», dijo.