Europa respiraba de nuevo este viernes gracias a la bajada de las temperaturas, tras una serie de récords en los que el mercurio superó los 40ºC en Francia, Bélgica, Holanda y Alemania.
Además de los 42,2 ºC registrados en París y Lingen (Baja Sajonia, Alemania) el jueves por la tarde, Bélgica y Holanda también registraron niveles históricos, con 41,8 ºC en Begijnendijk, en el norte de Bélgica, y 40,4 ºC en el sur de Holanda.
Este brusco aumento de las temperaturas provocó incendios en Francia, donde miles de hectáreas se quemaron en Normandía (oeste), y en otras regiones.
Cerca de 2.000 hectáreas de tierras agrícolas fueron destruidas el jueves en el norte de Francia en incendios provocados, sobre todo, por la ola de calor, informaron el viernes bomberos franceses.
En el centro, unos 600 cerdos murieron en el incendio de una explotación agrícola, indicaron los bomberos.
Por otro lado, la circulación de trenes internacionales Thalys entre Holanda, Bélgica, Francia y Alemania seguía perturbada el viernes por la mañana, pese al descenso de las temperaturas.
Los problemas se debían a daños causados en las infraestructuras de la red a causa del fuerte calor, pues la temperatura en las vías excedía entre 10 y 15 ºC a la del aire. Los trenes circulaban a una velocidad reducida y muchos viajes fueron anulados.
En Inglaterra, tras los 38,1 ºC registrados en Cambridge el jueves, el termómetro bajó pero la circulación de los trenes de los alrededores de Londres se ralentizó fuertemente, a causa de algunos incendios de matorrales a lo largo de las vías. Algunos vuelos con salida en Londres-Gatwick y Heathrow tuvieron que ser anulados.
En Escandinavia, el mercurio permanecía entre 30 y 35 ºC, sobre todo en Finlandia, donde los servicios meteorológicos mantuvieron su alerta de cara al fin de semana.
En los 2.000 últimos años, la temperatura mundial nunca había aumentado tan rápido como en la actualidad, según datos publicados el miércoles en sendos estudios de las revistas Nature y Nature Geoscience.