Un sacerdote español de 84 años falleció antes de que finalice una investigación por supuestos abusos a varios niños en Bolivia, un proceso que proseguirá de todas maneras, informó este miércoles la Compañía de Jesús en Bolivia.
«Nosotros continuamos con el proceso, ya estamos en la última etapa para cerrar la investigación previa», manifestó a Efe el exprovincial y actual delegado de Prevención de Abusos de los jesuitas, el sacerdote Osvaldo Chirveches.
El religioso mencionó que se espera el informe de los investigadores que debe presentarse pronto al superior de la orden en Bolivia y tras ello enviar el documento a Roma, desde donde se espera que se den algunas resoluciones.
Chirveches informó de que esta investigación interna, iniciada en marzo pasado, tiene como objetivo comprobar la «verosimilitud» de la denuncia hecha pública por un exmiembro de la orden, que mantiene su identidad en reserva, contra el jesuita L.M.R.P.
La denuncia se basó en una treintena de fotografías que el exreligioso mostró a Efe y en las que el cura fallecido aparece tocando a varios niños en sus genitales por sobre y debajo de la ropa.
El registro de las fotografías es de hace 17 años y en ellas aparecen también niños y niñas desnudos de entre 6 a 12 años.
Esas imágenes se captaron mientras el supuesto agresor era parte de una comunidad jesuita en una zona rural de la región oriental de Santa Cruz, según aseguró otra fuente consultada por Efe que conoció al supuesto agresor.
La orden religiosa anunció el deceso del acusado ayer miércoles mediante un comunicado en las redes sociales pidiendo a quienes lo conocieron asistir al velatorio y la misa exequial «para que Dios Padre le acoja en su Casa».
«Ya hemos hecho acercamiento a las posibles víctimas» afirmó Chirveches que evitó dar más detalles del informe final del caso.
Consultado sobre la posibilidad de establecer otras responsabilidades como posibles hechos de encubrimiento, Chirveches mencionó que dependerá de un «instructivo» que emane de la Congregación para la Doctrina de la Fe en El Vaticano.
«Lo que más lamento es que no se haya podido aclarar o saber con la rapidez necesaria quiénes son las víctimas y de qué manera la institución va a coadyuvar a la reparación de los daños«, aseguró por su parte a Efe el exreligioso que denunció los abusos.
Este informante aseguró que L.M.R.P. «no operaba solo» y que es posible de que dentro o fuera de la comunidad en la que se produjeron los supuestos abusos hubiera gente que lo encubría.
El sacerdote acusado vivía hace varios años en una casa de reposo de la Compañía de Jesús y gran parte de su vida se dedicó a la labor educativa siendo además párroco y guía espiritual de niños y adolescentes.