John Lewis, emblemático defensor del pacifismo y de los derechos civiles en Estados Unidos, que fue compañero de lucha de Martin Luther King y congresista durante décadas, murió el viernes a los 80 años.
“Hoy Estados Unidos llora la pérdida de uno de los más grandes héroes de su historia”, dijo la presidenta de la Cámara, Nancy Pelosi, en un comunicado.
Lewis, que padeció un cáncer de páncreas, fue “un titán del movimiento de los derechos civiles cuya bondad, fe y valentía transformaron nuestra nación”, agregó Pelosi.
Durante toda su vida este afroestadounidense libró una batalla contra la discriminación e injusticia por motivos raciales. Fue detenido por la policía en varias ocasiones en protestas contra los genocidios o contra las leyes sobre la inmigración y, con los años, se convirtió en una de las voces más respetadas del país a favor de la justicia y la igualdad. También se enfrentó al presidente Donald Trump, boicoteando su investidura y subrayando la injerencia rusa en las elecciones de 2016 para poner en entredicho su legitimidad.
Lewis nació en Troy, en Alabama, en 1940. Fue el cuarto de diez hermanos de una familia campesina y creció en una comunidad totalmente negra donde rápidamente sintió la segregación por el color de su piel. Tenía apenas 21 años cuando se convirtió en uno de los fundadores de los “Jinetes de la libertad” (Freedom Riders), que pelearon contra la segregación en el sistema de transporte público a comienzos de la década de 1960.
Fue también el más joven líder de la manifestación de 1963 en Washington en la que Luther King pronunció su histórico discurso “I have a dream” (“Tengo un sueño”).
Dos años después casi muere en una manifestación antirracista pacífica en Selma, en Alabama, cuando tuvo el cráneo fracturado por la policía.
Ese día pasó a ser conocido como el “Domingo sangriento” y exactamente medio siglo después, caminó de la mano con Barack Obama, el primer presidente negro de Estados Unidos, por el lugar donde tuvo lugar esta emblemática manifestación.
– “El gran cambio está llegando” –
Lewis entró al Congreso en 1986 y no tardó en convertirse en una autoridad moral. Pelosi lo consideraba “la conciencia del Congreso”. Tras hacerse público su fallecimiento, los homenajes de demócratas y republicanos no tardaron en llegar.
El jefe republicano del Senado, Mitch McConnell, destacó que Lewis “no dudó en jugarse la vida para luchar contra el racismo, promover la igualdad de derechos y acercar nuestra nación a los principios que la fundaron”.
Lewis se apartó en los últimos meses de sus tareas legislativas para concentrarse en el tratamiento contra el cáncer, pero a comienzos de junio volvió a Washington en medio de las protestas por la muerte George Floyd, un afroamericano asfixiado por un policía blanco que lo inmovilizó en el suelo tras su detención.
Lewis participó en un acto cerca de la Casa Blanca que, tras la muerte de Floyd, se convirtió en centro de protestas del movimiento “Black Lives Matter”
“Sopla el viento, el gran cambio está llegando”, dijo Lewis en esos días, en una discusión de congresistas sobre el racismo.
“Pocos de nosotros vivimos para ver nuestro propio legado desarrollarse de manera tan significativa y notable. John Lewis lo hizo” escribió este sábado en Twitter Barack Obama, que en 2011 le otorgó la Medalla de la Libertad, la más alta distinción civil de Estados Unidos.
Otra figura emblemática de la lucha por los derechos civiles en Estados Unidos, el reverendo CT Vivian, falleció el viernes a los 95 años.
CT Vivian organizó sentadas contra la segregación en los años 1940 y fue uno de los primeros consejeros de Martin Luther King.
Bernice King, la hija más joven de Martin Luther King, tuiteó fotos de los dos fallecidos con la mención “Dos de nuestros mayores y ahora de nuestros ancestros. Aleluya”. AFP