En una larga entrevista radial, realizada por el periodista estadounidense Hugh Hewitt al Almirante James Stavridis, excomandante del Comando Sur y de la OTAN, el militar se mostró altamente optimista con lo que algunos llaman “La primavera venezolana”.
Con más de 30 años en la marina de Estados Unidos y ahora consultor de la empresa de inversiones Carlyle Group, reconoce que “Venezuela tiene un estamento militar fuerte y capaz, según los estándares de la región”, y que la opción armada directa debería ser la última, “Aunque todas las opciones están sobre la mesa”.
A continuación, parte de la transcripción de la entrevista:
– Parece que se está produciendo una primavera política en Venezuela. ¿Qué tan optimista es?
– Soy bastante optimista. Creo que hay dos de tres posibilidades de que el régimen de Maduro caiga. Porque se han juntado varias cosas: Uno es este líder dinámico, un joven de 35 años, Juan Guaidó. El segundo es la crisis económica en el país, con tasas de inflación cercanas al millón por ciento. Y en tercer lugar, está la crisis humanitaria con millones expulsados fuera del país, millones desplazados y probablemente 10 millones de personas que viven al borde de la inanición. Debido a esos factores, se exige una respuesta muy robusta.
– Hasta ahora hay apoyos que incluyen al presidente Donald Trump, respaldado por el Secretario de Estado, la ONU y la Unión Europea. No creo que hayamos visto esto antes. ¿Qué opina?
– Creo que esta es una excepción extrema, es una estrategia que tiene mucho sentido dado el momento en que nos encontramos. Venezuela tiene las reservas de petróleo probadas más grandes del mundo. Debería ser un país extremadamente rico y bien administrado, pero no lo es. Y estamos en una etapa aquí en la que yo recomendaría el uso de todas las presiones políticas y económicas al máximo, y luego ver cuáles podrían ser las posibles opciones militares. No creo que tengamos que conseguir un resultado militar completo aquí, pero creo que si usamos una estrategia, como la presión económica extrema, se puede derrocar a este régimen.
– ¿Cree que la mayoría de los estadounidenses apoyarán un apoyo sólido de la primavera venezolana?
– Sí, estoy seguro de que apoyarán una política y económica. Y creo que si hubiera que recurrir a una opción militar, tendría que ser multilateral. Aún no estamos en ese punto, pero como se suele decir en estas crisis, todo debería estar sobre la mesa. Como saben, soy crítico de la administración de Trump pero en este caso creo que está haciendo un conjunto de movimientos correctos. Están aumentando la presión. Hay un contexto estratégico aquí. Porque tácticamente queremos que esto suceda por las razones humanitarias y sus consecuencias en toda la región. Pero estratégicamente, se trata realmente de democracia versus totalitarismo. Y ese es el gran problema de nuestros tiempos. ¿Los autoritarios pueden permanecer en el poder solo porque quieren hacerlo, incluso cuando le han fallado a su país miserablemente? En ese contexto, este es un conjunto de medidas estratégicas muy importante que están a punto de desarrollarse.
– EEUU tiene una presencia militar estadounidense bastante sólida en Colombia, que es bastante rápida y cercana, al igual que Brasil . Pero Venezuela tiene un gran ejército, como usted señaló. ¿Se pensaría en una medida similar a la invasión de Panamá?
– No nos adelantemos. Hay fuerzas militares en Colombia. Tenemos buenas relaciones no solo con las dos naciones que mencionó, Brasil y Colombia, sino también con Chile y Argentina. La idea de realizar una coalición suramericana es concebible. Pero creo que primero debemos hacer presión política y económica, Hugh. Con la opción militar de fondo. Pero no, esto no sería Panamá. Estamos ante una fuerza militar seria, y yo ejercería extrema precaución antes de pasar a una opción militar completa.
– También es un país mucho más grande.
– Exactamente.
– ¿Tienen mucha presencia naval dado su terreno insular y sus puertos?
– Tienen una capacidad naval muy razonable. Pero si ejerciéramos una opción militar no sería una opción naval. Sería algo directo al Gobierno. Pero insisto, el camino a seguir aquí es usar esas presiones políticas y económicas. Deberíamos ser muy capaces y prudentes si estudiamos las opciones militares que podrían haber en la mesa. Por ejemplo Colombia. Realmente tuvimos mucho éxito en Colombia usando una opción militar cuando lo hicimos con las fuerzas locales. Esa va a ser la clave, convencer al Ejército venezolano. Eso es lo que tiene que pasar. Y ahí es donde lo político y lo económico te ayudan, porque eso es lo que al final hace que el ejercito se convenza.
Eso podría estar sobre la mesa en algún momento, pero recuerde la psicología de América Latina. Esta es una población que ha visto a los Estados Unidos intervenir repetidamente. Y por eso estamos trabajando contra eso. Lo mejor que tenemos a nuestro favor es la forma en que operamos en Colombia. No enviamos un grupo de portaaviones allí. Teníamos un número limitado de tropas, fuerzas especiales, entrenadores. Nos comprometimos con las fuerzas locales. Ese es el siguiente paso en el rompecabezas aquí y creo que para lograrlo, los militares venezolanos deben reconocer que Maduro es un veneno para su país, y realmente lo es. Yo confío en la posibilidad de que se pueda llegar a dos de cada tres militares si se sigue presionando.
– ¿Podemos imponer sanciones individuales a los generales y simplemente informarles antes de que suceda, para que se den cuenta de que no habrá salida, que no habrá una cuenta bancaria en Suiza a menos que se suba a bordo ahora?
– Esa es exactamente la estrategia que se debe seguir, una estrategia de amnistía como la que está ofreciendo Guaidó. Y es posible que resulte porque no veo a Maduro como un ideólogo. Pretende ser un defensor del “Chavismo”, siguiendo a Hugo Chávez en un sentido ideológico. Pero el no es Chávez. El es un matón impulsado por el interés propio. Creo que cuando Juan Guaidó ofrece amnistía está escogiendo el camino que se debe seguir.
– En el Wall Street Journal, Mary Anatasia O’Grady señaló que los servicios de seguridad cubanos están en el país profundamente arraigados en el ejército. ¿Qué significa eso para el desafío que se tiene por delante?
– Esa será una fuerza significativa que debe ser superada. Y creo que nuestros aliados europeos pudieran estar detrás de la cortina presionando a los cubanos y diciendo “mira, este juego ha terminado”. Y los cubanos no querrán que los atrapen en una Venezuela cambiada. La amnistía nacional que está sobre la mesa también resultaría para sacar a los cubanos de allí. Y en cuanto a Rusia y China van a apoyar a Maduro en lo que puedan, pero creo que se están dando cuenta de que no tienen un buen juego de cartas.
– Irán y Hezbollah tienen presencia en Venezuela y no son tímidos para llevar las cosas al extremo.
– No lo son, aunque no exageraría sus capacidades en el norte. Vemos más de Hezbolá en el sur, en Argentina y Paraguay. Hay lavado de dinero y Hezbolá está involucrado en el comercio de drogas. Pero son menos factores que los cubanos en este caso.
– Como consultor de Carlyle Group. ¿Qué se le puede dar a Venezuela y a la gente que tienen allí?
– Este es un país inminentemente reparable. Venezuela tiene una población altamente educada, enormes reservas de petróleo, minerales naturales: oro, diamantes, etc. Posición geográfica envidiable. Venezuela podría ser una fuerza enorme para el bien en esta región. Es por eso que la administración ve esto correctamente, como un desafío que vale la pena trabajar muy, muy duro.
– ¿Y le diría a los inversores que, si hubiera un cambio de régimen, Venezuela sería un área predecible y estable en la que invertir?
– Creo que sí. Y un buen paralelo es Colombia donde, después de una insurgencia de 50 años, hoy vemos excelentes oportunidades de inversión. Sería lo mismo en Venezuela, y creo que podríamos hacerlo bastante rápido, reseña El Cooperante