Michael Cohen, abogado personal del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha reconocido este jueves ante el juez que mintió al Congreso en el marco de las investigaciones abiertas por la supuesta injerencia rusa en las elecciones de 2016, lideradas por el fiscal especial Robert Mueller.
Cohen, de 52 años, ha comparecido por sorpresa ante un tribunal federal de Nueva York y ha admitido que mintió el año pasado sobre sus contactos con Rusia durante la campaña de las elecciones presidenciales, lo que representa una potencial amenaza para los intereses de Trump.
En concreto, ha admitido un delito de falso testimonio en relación a un texto que remitió por escrito y en el que aludía a un proyecto inmobiliario de la empresa de Trump en Moscú. En su explicación ante la Comisión de Inteligencia del Senado, quitó hierro entonces a los contactos con el Kremlin sobre un proyecto que nunca llegó a ver la luz, según The New York Times.
Según consta en los documentos judiciales, Cohen alega que incurrió en las mentiras para no desviarse del «mensaje político» que estaba dando entonces Trump y por «lealtad», informa la agencia de noticias Reuters.
Cohen ha pasado de estar dispuesto a «recibir una bala» por Trump a colaborar con el fiscal
El abogado, que ha pasado de estar dispuesto a «recibir una bala» por el presidente a colaborar con Mueller, ya reconoció este año que incurrió en delitos financieros durante la campaña al pagar a mujeres que supuestamente habían mantenido relaciones con Trump e incluso señaló a este último como instigador.
Cohen está actualmente en libertad provisional, a la espera de que el 12 de diciembre sea sentenciado a una pena que puede oscilar entre los 46 y los 63 meses de cárcel y contemplar una multa de hasta 1 millón de dólares.
Desde su primer reconocimiento de culpabilidad, ha pasado más de 70 horas en entrevistas con el equipo del fiscal especial. Los interrogatorios se han centrado en los contactos de miembros del entorno de Trump con Moscú, los intereses empresariales del mandatario en Rusia, obstrucción a la justicia y posibles indultos, según fuentes conocedoras de estas discusiones citadas por ABC News.
Cohen también ha mantenido contactos con distintas agencias que analizan el pasado del presidente y lo ha hecho de forma voluntaria, sin que fuese necesario un compromiso de protección especial por parte de la Fiscalía para, por ejemplo, obtener una sentencia menor a la contemplada.
Trump se ha referido a las investigaciones como una «caza de brujas» e incluso ha cesado al fiscal general Jeff Sessions, al que reprochó públicamente que se recusase en estas pesquisas claves. El presidente ya acusó en su día a Cohen de «inventar historias» en relación a sus supuestas amantes, por lo que previsiblemente seguirá en la misma línea tras el nuevo giro judicial.
Trump acusa a Cohen de «mentir» para conseguir una condena reducida
Por su parte, Trump ha tachado de «débil» a su antiguo abogado y ha asegurado que «miente» en relación a un proyecto inmobiliario que se habría negociado en 2016 en Rusia, con el único objetivo de obtener una condena reducida.
Trump ya acusó a Cohen de «inventar historias» después de que este admitiese que incurrió en varios delitos para tapar las relaciones extramatrimoniales del ahora presidente y este jueves ha mantenido la misma línea, tachando a su otrora aliado de ser «débil» y «no muy inteligente».
«Intenta conseguir una sentencia mucho menor inventándose la historia», ha dicho Trump, quien ha afirmado que las «muchas cosas» en las que estaría involucrado Cohen no tienen nada que ver con su campaña.
Sobre el proyecto inmobiliario al que alude Cohen en su declaración ante el Congreso, el inquilino de la Casa Blanca ha alegado que era solo una «opción» y que él mismo declinó llevarlo a la práctica. No lo hizo, ha dicho a la prensa, porque estaba «centrado» en su carrera por la Presidencia.
Trump también ha aprovechado para defender que siguiese con sus negocios incluso después de confirmar su deseo de ser presidente. «Cabía la posibilidad de que no ganase, en cuyo caso habría vuelto a hacer negocios. ¿Por qué debería perder tantas oportunidades?», ha planteado, reseña El Economista