El gobierno de Estados Unidos (EE UU) amenazó este martes con imponer en los próximos días nuevas medidas coercitivas unilaterales contra Venezuela.
La amenaza la lanzó el designado por el presidente Donald Trump como enviado especial para Venezuela, Elliot Abrams.
Desde la sede del Departamento de Estado, ubicado en Washington, adelantó que las sanciones, que constituyen un vértice fundamental en la agresión contra Venezuela, serían “muy significativas”.
Las declaraciones de Abrams coinciden con el pronunciamiento emitido previamente por el asesor de Seguridad Nacional de EE UU, John Bolton, quien amenazó a instituciones financieras extranjeras con adoptar sanciones en su contra “si participan en la facilitación de transacciones ilegítimas que beneficien a Nicolás Maduro”.
En correspondencia con el tratamiento otorgado por el secretario de Estado de EE UU, Mike Pompeo, a la decisión del Gobierno Nacional de no prorrogar la permanencia del personal diplomático estadounidense en Venezuela, Abrams señaló que las “condiciones” impedían mantener al grupo de empleados en la embajada.
Más temprano, el canciller de la República, Jorge Arreaza, cuestionó la intención de la administración estadounidense de “hacer creer” que el retiro del personal diplomático obedece a una iniciativa de la Casa Blanca, al tiempo que apuntó que la actitud “arrogante” denota frustración por parte de EE UU.
Desde el año 2015, fecha en la cual se emitió la Orden Ejecutiva 13.692 que declara a Venezuela como una “amenaza inusual y extraordinaria” para la seguridad norteamericana, se han aplicado 87 sanciones individuales, de las cuales 32 han sido a entidades del Estado, así como restricciones al sector petrolero en búsqueda de generar un clima de inestabilidad en la nación.