«Actualmente EE.UU. está sufriendo escasez de monedas. Por favor, usen débito, crédito u otro tipo de pago sin contacto si es posible», así reciben muchos establecimientos del país a los clientes al anunciar una de las inesperadas víctimas de la crisis de la pandemia.
En medio de la aguda crisis económica, con millones de personas en el desempleo tras una ola de despidos por la paralización de la actividad económica, la escasez de monedas es un símbolo de la falta de dinero que sufren muchas familias estadounidenses.
La situación ha llegado al punto de que varias asociaciones de comercios minoristas del país, entre ellas la National Grocers Association (NGA, en inglés) han instado formalmente en una carta a la Reserva Federal y al Departamento del Tesoro a tomar medidas «rápidas» al respecto y facilitar el flujo de monedas.
En concreto, subrayaron que el efectivo representa más de un tercio de los fondos intercambiados personalmente por los consumidores estadounidense, y tiene especial impacto entre las personas con menores ingresos.
En Estados Unidos, casi un 25% de la población no está bancarizada o está infrabancarizada, es decir, tiene que recurrir a servicios financieros no convencionales, por lo que tiene escaso acceso al dinero plástico.
Interrumpido el flujo de monedas
El problema, cuya magnitud no ha dejado de crecer, ha sido discutido ya en el Congreso federal.
«Lo que ha ocurrido es que, con el cierre parcial de la economía, el flujo de monedas parece haberse casi detenido», explicó Jerome Powell, presidente de la Fed, en una comparecencia en julio ante el Comité de Servicios Financieros de la Cámara de Representantes.
Por un lado, la Fábrica de Moneda de EE.UU. limitó el número de empleados en primavera en sus diversas instalaciones para evitar el contagio del coronavirus, aunque en las últimas semanas ha retomado la actividad con normalidad.
Pero la principal causa parece ser la paralización económica, que ha provocado que muchas monedas que habitualmente se intercambian no se moviesen ante el cierre de negocios, lo que alteró sustancialmente la circulación.
Powell indicó que se trata de una situación «temporal» derivada principalmente de problemas de «distribución» y afirmó que el banco central está trabajando con los bancos de los distritos de la Fed para asegurar que «el suministro llegue a donde tiene que llegar».
También el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, hizo un llamado poco habitual a los ciudadanos: «Si tienen monedas adicionales en casa, por favor úsenlas para hacer compras, deposítenlas en el banco o traten de cambiarlas».
«Ayuden a que las monedas se muevan», remarcó el jefe del Tesoro en un mensaje en su cuenta de Twitter
Soluciones caseras
Para afrontar esta situación, por lo menos de manera temporal, los pequeños establecimientos en todo el país están recurriendo a soluciones caseras.
Un conocido operador de lavandería del barrio de West Hollywood (Los Ángeles, California), por ejemplo, inició una campaña en julio para pedir a los amigos, familiares y clientes habituales de su negocio que buscaran en sus domicilios todas las monedas que encontrasen para cambiarlas por billetes en su establecimiento.
Así, los clientes de la lavandería serían capaces de utilizar las máquinas de cambio instaladas en ese lugar y activar el uso de las lavadoras, que tradicionalmente funcionan con monedas de 25 centavos.
De hecho, la escasez de dinero sencillo en circulación está teniendo un gran impacto en este tipo de negocio tan icónico en EE.UU., dado que cerca del 60 % de las lavanderías del país únicamente aceptan monedas como forma de pago, según datos publicados por la Asociación de Lavanderías.
En Covina, al este de la ciudad angelina, una taquería de la cadena Taco Nazo se ha quedado también sin metálico, según un reportaje del diario Los Angeles Times.
Sus propietarios han decidido que, en vez de cambio en efectivo, darán bebidas o bolsas de patatas gratuitas con un valor similar a la devolución.
De este modo, mientras las autoridades tratan de dar solución a este imprevisto problema de política monetaria, la gente de a pie se las ingenia para amortiguar el choque de esta crisis de monedas. EFE