Escándalo en España por caso del sacerdote venezolano detenido por acoso a su pareja

El cura venezolano llegó a Málaga en el 2018 y ante la gravedad de las denuncias el obispado español informó de la ruptura del convenio entre la diócesis malagueña y la de San Fernando de Apure a la que pertenece el padre Roberto

El Obispado de Málaga (España) comenzó el procedimiento para rescindir el convenio de colaboración que tiene con la Diócesis de San Fernando de Apure en Venezuela, después de la detención del padre Roberto, un sacerdote de esta sede por quebrantar una orden de alejamiento por acoso a su supuesta pareja.

Así se conoció en el portal Malagahoy.es, donde señala que se trata de Roberto B., un sacerdote de esta diócesis venezolana que se encontraba en Málaga realizando una experiencia pastoral temporal, enviado por su obispo, y que oficiaba misas en los municipios malagueños de Canillas de Aceituno, Sedella y Salares.

El religioso, de 38 años, fue arrestado a principios de septiembre por quebrantar la orden de alejamiento que se le impuso por acosar a una compatriota con la que convivía en Canillas de Aceituno.

Tras conocer la “gravedad” del caso, el Obispado de Málaga le ha apartado de sus tareas pastorales; ya no ejercerá en la Diócesis de Málaga y ha tenido que abandonar definitivamente la casa parroquial, donde ha residido en los últimos años.

Sin perjuicio de su presunción de inocencia, además, el Obispado ha informado de que ha iniciado el procedimiento para rescindir el convenio de colaboración entre ambas diócesis.

Tras saltar la noticia, otras dos mujeres de Archidona han reprochado también la actitud que el padre Roberto, supuestamente, mantuvo con ellas durante su estancia como párroco en este pueblo de poco más de 8.000 habitantes. Reacciones a historias de Instagram así como mensajes “inapropiados”, “fuera de lugar” y “continuados” tanto en persona como por whatsApp que, aseguran, les “incomodaban” son algunas de las situaciones que denuncian ahora públicamente.

Se atreven a alzar la voz después de que esta semana se hiciera público que el párroco de Canillas de Aceituno, Sedella y Salares supuestamente habría quebrantado una orden de alejamiento que tenía con respecto a una mujer con la que había convivido y que se presentó hasta seis veces en diferentes comisarías del territorio español para explicar a los agentes que la estaría acosando.

A las vecinas de Archidona con las que ha podido hablar este periódico, la noticia no les ha sorprendido, reconocen. “Solo hay una denunciante, aunque podríamos y deberíamos haberlo hecho alguna más”, comentaba una de ella en sus redes sociales.

¿Quién es el padre Roberto?

El padre Roberto fue ordenado sacerdote en 2015 y aterrizó en Málaga en 2018, concretamente como cura de Archidona en las iglesias de Santa Ana y de la Victoria, así como en el convento de Las Mínimas.

Tiempo después, ya en 2019, comenzó a coincidir en diversos actos con Paula (nombre ficticio) por motivos laborales. Al principio, explica que bromeaba sobre su estado civil. “¿Te has echado novio? Tú ya te tienes que casar”, recuerda.

Sin embargo, los comentarios “fuera de lugar” escalaron exponencialmente en una convivencia religiosa donde asegura que llegó a relacionar el momento en el que ingería comida con una práctica sexual.

“Mi cara y la de la gente de alrededor fue un poema”, explica la mujer -de 31 años-. Pese a que relata que recriminó este comentario, no por ello cesaron más del mismo estilo hasta que su madre, que también se encontraba en el lugar, “le paró los pies porque me estaba faltando el respeto”.

“Intentaba que no me tocara estar cerca de él”

“Desde entonces, cada vez que coincidía con él en algún evento, trataba de que no me tocara estar cerca de él”, cuenta Paula.

Si bien, explica que el padre Roberto se hizo con su número de teléfono que utilizaba para el trabajo y entonces comenzó a escribirle de manera continuada, aunque esos mensajes no tuvieran respuesta por parte de la mujer. “Siempre me preguntaba dónde estaba y qué hacía”.

Describe también una situación que sufrió con el sacerdote el día en el que se conmemora a la Virgen de Gracia, patrona de Archidona. “Vino después de oficiar su misa a saludarme y empezó a acariciarme el pelo y a hacerme como un masaje. Me incomodó mucho porque no tenía ninguna confianza con él”, describe.