Un verdadero escándalo se ha desatado en EEUU. Todo, luego de que Víctor Manuel Rocha, exembajador de ese país en Argentina, admitió ser un espía del régimen cubano por varios años.
De acuerdo a lo reseñado por el diario Clarín, el exdiplomático, de 73 años, aceptó ante una jueza federal de Miami los cargos federales de conspiración para actuar como agente de un gobierno extranjero.
Lo que se sabe, es que los fiscales acordaron una sentencia, pero no se precisó el número de años que deberá estar en prisión. Todo se develará en una sesión de la corte el 12 de abril, así lo señaló el abogado defensor de Rocha.
“Estoy en un acuerdo”, eso fue, en concreto, lo que expresó Rocha a la jueza Beth Bloom. Así se declaró culpable. Lo que más ha llamado la atención, es que hasta hace unas semanas defendía su inocencia.
Ahora, medio estadounidenses, especulan que ese acuerdo pueda implicar en una reducción de la pena a cambio de información confidencial del régimen cubano.
¿QUIÉN ES ROCHA?
El exdiplomático pasó décadas en el Departamento de Estado de Estados Unido. Sirvió en Buenos Aires entre 1997 y 2000 como el máximo representante de Estados Unidos en ese país, aunque su título era Encargado de Negocios. Luego dejaría la diplomacia para encargarse de negocios privados.
Antes de desembarcar en Argentina y, también Bolivia, Rocha había sido número dos de la embajada de EEUU en Cuba.
¿QUÉ SE DIJO AL MOMENTO DE SU DETENCIÓN?
«Esta acción expone una de las infiltraciones de mayor alcance y más duraderas del gobierno de Estados Unidos por parte de un agente extranjero», dijo el fiscal general, Merrick Garland, cuando el exdiplomático fue arrestado.
«Alegamos que, durante más de 40 años, Víctor Manuel Rocha se desempeñó como agente del gobierno cubano. Buscó y obtuvo puestos dentro del gobierno de los Estados Unidos que le proporcionarían acceso a información no pública y la capacidad de afectar la política exterior de los Estados Unidos”, agregó.
Por los momentos, Rocha permanece detenido en una prisión federal.
Según trascendió días atrás, el exdiplomático transfirió el título de propiedad de cuatro apartamentos de lujo; todos situados en un condominio en el centro de Miami y valuados en cuatro millones de dólares. Ahora, quedaron en manos de su esposa, Karla Wittkop Rocha.