Estuvo durante años cuidando a Hugo Chávez, perteneció al círculo cercano del exmandatario y ejerció como tesorera del gobierno venezolano durante dos años. La justicia Venezuela ha solicitado su extradición desde España. Pero ahora, fue sancionada por el Departamento del Tesoro de EE.UU, este martes 8 de enero.
Claudia Patricia Díaz Guillén ha reiterado temer que España la extradite a Venezuela, donde enfrenta cargos de blanqueo y malversación.
Díaz Guillén fue detenida el pasado mes de abril en Madrid junto a su marido, Adrián José Velásquez Figueroa, quien se ocupaba de labores de seguridad en una dependencia gubernamental venezolana.
La justicia venezolana los reclama por presuntos delitos de blanqueo y enriquecimiento ilícito mientras ocuparon cargos públicos durante el gobierno de Chávez.
“Nos torturarían, nos violarían todos los derechos, que de por sí, ya nos los han violado”, dice Díaz Guillén en entrevista con BBC Mundo al ser preguntada sobre qué cree que le ocurriría si es extraditada a su país.
En un primer fallo el pasado mes de octubre, la Audiencia Nacional de España dio luz verde a su extradición, a petición de las autoridades venezolanas. Su defensa recurrió la decisión alegando que su entrega pone en “grave riesgo su vida”.
De enfermera de Chávez a tesorera nacional
Díaz Guillén era militar y en 2001 se incorporó a la Guardia de Honor, el cuerpo encargado de la seguridad del presidente. Compaginó su carrera militar con la obtención de los títulos de Enfermería y Derecho en la Universidad Central de Venezuela.
Eso le valió para incorporarse, a partir de 2003, al equipo de médicos y enfermeras de Chávez, donde estuvo hasta el año 2011, y después a la Oficina Nacional del Tesoro.
“A mí se me ha presentado como una enfermera sin más, sin ningún tipo de preparación, y yo soy una mujer que se ha preparado, ha estudiado, y he compaginado muy bien la carrera militar con la obtención de dos carreras”, dice.
Aunque señala que su relación con el fallecido mandatario era “meramente profesional”, destaca que “durante los 8 años que trabajé directamente con él en las funciones de enfermería se creó una relación de respeto y amistad”.
“Lo recuerdo como una persona muy humana, una persona buena y sensible”, agrega sobre el mandatario, fallecido en 2013.
Se desliga “completamente de las funciones de enfermería” en 2011 -el mismo año que se le detecta el cáncer a Chávez- cuando pasa a ser nombrada responsable de la Oficina Nacional del Tesoro, cargo que ejerció durante dos años, al igual que el de secretaria ejecutiva del Fondo para el Desarrollo Nacional (FONDEN).
Ambos son puestos de alta responsabilidad económica en los que recibía órdenes directamente del ministro de Finanzas, Jorge Giordani.
Pero todo cambió para Díaz Guillén cuando la salud de Chávez empeoró.
“En la última etapa de su enfermedad es cuando el ministro y yo nos vemos sometidos a unas fuertes presiones por parte del alto gobierno, que en ese momento Chávez no lo podía ejercer directamente, ya en los últimos meses de su enfermedad, en los últimos meses de 2012. Y es cuando comenzamos a recibir unas instrucciones totalmente ajenas a la ley, y el ministro (Giordani) y yo nos negamos rotundamente”, dice la exenfermera.
“El ministro y yo estábamos muy sorprendidos de cómo con el presidente en sus últimos momentos de vida eran capaces de emitir este tipo de instrucciones, como un poco aprovechándose de que él estaba en sus últimos momentos”.
Díaz Guillén rechaza dar los nombres de las personas que emitieron esas instrucciones “ajenas a la ley”, porque dice que está sometida a un proceso de extradición y que teme por su vida. Se limita a decir que fueron “altos funcionarios”.
Sí nos explica que una de esas instrucciones tuvo que ver con la devolución del pago de los impuestos realizado por una empresa.
Chávez “no era consciente de esas instrucciones”, explica Díaz Guillén, porque “él ya había delegado sus funciones”.
“Una vez que muere Chávez -el 5 de marzo de 2013- se intensifican las instrucciones ajenas a la ley hacia el ministro y hacia mí, y nosotros, rotundamente, decimos que no, que no vamos a alinearnos a esas peticiones”.
En abril de 2013 Nicolás Maduro la destituyó de su cargo.
“Nos quieren exhibir como un trofeo político”
Las autoridades venezolanas solicitaron a España la extradición del matrimonio luego del arresto en abril.
Díaz Guillén considera que esa petición tiene motivaciones políticas. “Venezuela no busca justicia, nos quiere tener y llevarnos allí para exhibirnos como unos trofeos políticos”.
¿Por qué querrían exhibir como un trofeo político a alguien que fue persona próxima y funcionaria de Chávez?, le pregunto.
“Dicen que el gobierno de Maduro es una continuidad del gobierno de Chávez, lo cual que es totalmente falso, porque ellos empezaron a emitir unos lineamientos contrarios a los que veníamos llevando apegados a la ley”, responde.
“Y nos quieren exhibir como unos trofeos políticos para tapar precisamente la situación que hay en Venezuela. Y en caso de que España llegara a acceder a esta extradición, España, que es un país de libertad, que ha suscrito convenios importantes con organismos internacionales, donde avala que en Venezuela se han cometido delitos de lesa humanidad, al extraditarnos a nosotros, está otorgándole un carácter democrático a Venezuela”, agrega.
La Audiencia Nacional trata por separado las solicitudes de extradición de Díaz Guillén y la de Velásquez.
En su auto del pasado 26 de octubre, el tribunal consideró “que se dan todos los requisitos legales para proceder a la entrega” de la exenfermera.
La defensa de Díaz Guillén, liderada por el abogado español Ismael Oliver, recurrió la decisión y está dispuesta a agotar todas las vías posibles para evitar la extradición. Ahora la exenfermera está a la espera de una segunda decisión.
Pero en el caso de que el tribunal español emita otro fallo favorable a la extradición, aún pueden recurrirlo ante el Tribunal Supremo y el Tribunal de Estrasburgo (el Tribunal Europeo de Derechos Humanos).
Argumentan que Venezuela es un país en el que no se respetan los derechos humanos.
“No huimos de la justicia, nuestro abogado consigna ante la Audiencia que nosotros estamos dispuestos a que Venezuela envíe todas las supuestas pruebas que tiene contra nosotros”, dice la enfermera.
“Nosotros nos ponemos a la orden de la justicia, pero lo que no queremos es que nos envíen a Venezuela, un país donde se nos va a torturar”, acusa.
La exenfermera se encuentra «entre la espada y la pared»