Más de 160 tumbas sin identificar fueron encontradas en cercanías de una antigua escuela en Columbia Británica, Canadá. Se trata de la Kuper Island Industrial School, una institución administrada por la Iglesia católica que operó desde 1890 hasta 1975 en la isla Penelakut. Por su ubicación, el lugar es conocido como el ‘Alcatraz de Canadá’, y otras situaciones irregulares ya se han denunciado en este emplazamiento.
El anuncio del hallazgo fue realizado por la jefa de la tribu Penelakut, Joan Brown, quien denunció «actos de genocidio» en las instalaciones que funcionaban como un internado para niños indígenas.
«Entendemos que muchos de nuestros hermanos y hermanas de las comunidades vecinas asistieron a la Kuper Island Industrial School», expresó Brown en un comunicado en el que agregó que con «dolor y tristeza» reconocen que muchos «no regresaron a casa». «Es imposible superar los actos de genocidio y violaciones de los derechos humanos. La curación es un proceso continuo, a veces va bien y a veces perdemos a más personas porque la carga es demasiado grande», continuó.
La escuela funcionó bajo el control de la Iglesia católica desde su fundación hasta 1969, cuando pasó a manos del gobierno federal hasta su cierre, en 1975. El edificio fue demolido en la década de 1980.
En tanto, el Centro Nacional para la Verdad y la Reconciliación de la Universidad de Manitoba publicó los nombres de 120 estudiantes que murieron durante su presencia en la escuela, mientras que la fecha de deceso de 22 de ellos es desconocida. De acuerdo con sus datos, una investigación realizada en 1896 descubrió que de 264 exestudiantes, 107 habían muerto.
Algunas historias sucedidas en la escuela ya se habían conocido, como lo ocurrido con dos hermanas que se ahogaron mientras nadaban para escapar de la institución en la década de 1950, mientras que otro estudiante se suicidó en 1966.
Una historia repetida
En los últimos meses fueron encontrados centenares de cadáveres en diversos internados de reclusión indígena en Canadá, lo que desató varias manifestaciones en las que iglesias católicas fueron quemadas.
Tras el hallazgo de los restos de 215 estudiantes, el papa Francisco manifestó su «dolor» e instó a las autoridades religiosas y políticas a comprometerse para esclarecer lo sucedido. Sin embargo, no ofreció una disculpa formal.
Por eso, el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, instó al Papa a visitar el país para disculparse por el papel de la Iglesia católica en la administración de esos internados y aseguró que la población está «horrorizada y avergonzada» por la política del Gobierno de obligar a los niños indígenas a asistir a esas escuelas. RT