El sarcófago de cemento y acero que protege al mundo de la radiación de Chernobyl desde noviembre de 1986, siete meses después de la explosión, está siendo desmantelado luego que se descubriera de que podría colapsar en cualquier momento.
Los expertos advirtieron que existe una “muy alta” probabilidad de que 400.000 metros cúbicos de concreto y 7.200 toneladas de acero se derrumben.
La empresa ucraniana encargada de contener la radiación de la antigua central eléctrica firmó un contrato de USD 78 millones para resolver el problema para 2023.
A tal fin, ha contratado a una empresa de construcción para deshacer el trabajo de 600.000 trabajadores soviéticos que comenzaron a construir la cúpula original menos de dos meses después del desastre.
Un nuevo sarcófago de 36.000 toneladas que costó unos USD 1.692 millones y nueve años en construirse reemplazará la estructura original por los próximos 100 años.
La deconstrucción del sarcófago original será más compleja que la de otras estructuras. El proyecto implicará reforzar secciones del mismo, para ayudar a mantener su estabilidad general, al tiempo que se eliminan otras.
Los trabajadores detrás del esfuerzo deberán ser asistidos por grúas robóticas. Los escombros del sarcófago serán descontaminados y luego reciclados o destruidos según corresponda.
“Este es el siguiente paso lógico del trabajo que venimos realizando durante los últimos 12 años”, dijo Serhii Kalashnyk, director general de SSE Chernobyl NPP, la empresa que gestiona la planta, en una declaración escrita. “El contratista tiene que desensamblar el refugio y reforzarlo simultáneamente, ya que la remoción de cada elemento incrementará el riesgo de que colapse, lo que liberaría grandes cantidades de materiales radioactivos”.
El sarcófago original contenía 200 toneladas de corio radioactivo, 30 toneladas de polvo altamente contaminado y 16 toneladas de uranio y plutonio. En 1996, los supervisores dijeron que se había deteriorado y que su restauración sería imposible.
El Nuevo Sarcófago Seguro, una compleja obra destinada a reemplazar la original, fue inaugurado en 2016 como la mayor estructura móvil construida hasta la fecha en el mundo. En noviembre de ese año, la estructura con forma de medio cilindro fue colocada mediante un sofisticado sistema de raíles sobre el sarcófago original. Eso significa que si la estructura original se derrumba durante su desconstrucción, las partículas radioactivas del reactor 4 continuarán contenidas.