Una doctora de Wuhan, provincia de China, reveló un secreto sobre el coronavirus que fue obligada a ocultar durante varios meses.
La doctora Ai Fen, quien trabaja en el Hospital Central de Wuhan, ciudad donde se originó el brote del coronavirus, denunció que cuando hicieron las primeras advertencias sobre la enfermedad, las autoridades se mostraron indiferentes.
Doctora de Wuhan alerta sobre coronavirus
Del mismo modo, la especialista explicó que el gobierno chino promovió la censura entre los médicos que conocían del virus.
En una entrevista ofrecida a la revista Renwu, la doctora Ai Fen, directora del área de emergencias en el Hospital Central de Wuhan, aseguró que fue reprimida al alertar de un virus similar al SARS que detectó en sus pacientes en diciembre.
China se esfuerza estos días en obtener rédito político doméstico e internacional de su gestión del coronavirus. La realidad, sin embargo, es que la pandemia podría haberse evitado si Pekín no hubiera reprimido las voces de médicos de Wuhan como Ai Fen. https://t.co/W9yiWoCCOy
— 艾南波 (@merinopdr) March 11, 2020
Ahora, el virus cobró la vida de más de 3.000 personas en China, incluyendo a varios médicos de su hospital, y la doctora se atrevió a hablar pese a los riesgos de ser detenida.
“Si hubiera sabido lo que iba a pasar, no me hubiera importado la reprimenda. Habría hablado sobre ello como fuera, donde me fuera posible”, manifestó.
La entrevista la publicaron el pasado domingo, pero rápidamente la eliminaron de las redes sociales chinas, controladas por el régimen comunista del presidente Xi Jinping.
Sin embargo, usuarios de internet hicieron capturas de pantalla y desde entonces surgieron varias reproducciones de la entrevista.
A juicio de la doctora, China pudo evitar la propagación del coronavirus y ella cuenta con las evidencias para demostrarlo.
Se trata de una fotografía tomada a los resultados de uno de los pacientes donde mencionó el “SARS coronavirus”.
Sin embargo, tras alertar de este nuevo virus, las autoridades la obligaron a callar asegurando que solo levantaría falsos rumores e infundiendo pánico en el pueblo.
Por este motivo, la doctora se limitó a pedir a sus médicos que usaran protección bajo sus batas, aunque las autoridades tampoco aprobaron esta medida.
Al poco tiempo comenzaron a conocerse más casos, la enfermedad se propagó rápidamente. Explicó que durante los dos meses siguientes vio enfermar y morir a cuatro colegas, reseñan las agencias de noticias.