El independentismo catalán pierde fuerza, a menos de tes meses de las elecciones del 27 de septiembre. El último sondeo es un golpe a la política del gobierno autonómico contra Madrid
La mitad de los catalanes ha dicho que votaría por el «no» en un eventual referéndum por la independencia, frente al 42,9% que optaría por la opción afirmativa. El resultado implica una caída del 1,2% por el «sì» con respecto a la última consulta, realizada en marzo por el Centro de Estudios de Opinión de la Generalitat.
El gobierno catalán, a favor de la independencia de España, ha atribuido el resultado a que la ruptura de la alianza de centro derecha entre Convergencia y Unió Democrática, las dos agrupaciones que controlan el Ejecutivo, y la reagrupación de los partidos de izquierda a nivel nacional no permitió contar con datos fiables.
El sondeo también incluyó preguntas generales sobre la forma de gobierno preferida por los catalanes. El 63% de los catalanes se manifestó a favor de elevar el autogobierno de la región, aunque ha perdido un punto frente a los cuatro que ganó la opción de quienes ya se encuentra a gusto con la situación actual.
Un dato que sin duda deberá tomar en cuenta el gobierno soberanista de Artur Mas es que ha aumentado el número de catalanes que también defiende su identidad española.
Los catalanes no parecen compartir la idea del presidente de la Generalitat de convertir las elecciones del 27-S en un plebiscito sobre la independencia. El 58,1% decidirá su voto en función de las respuestas de cada partido a la crisis, mientras que el 21,1 lo harán pensando en la relación entre Cataluña y España. El 14,6% tendrán en cuenta ambos factores.
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