Este fin de semana se elige el nuevo presidente de la CDU, el partido de la canciller Angela Merkel. El ganador partirá como uno de los favoritos para liderar Alemania en la era pos-Merkel.
Los alemanes no se han hecho a la idea de que la era de Angela Merkel está llegando a su fin.
Así lo explicó en noviembre el ministro de salud alemán, Jens Spahn, quien añadió que ese final significará un “cambio real, una nueva década”.
Luego de más de 15 años en el poder, los alemanes no sólo están más que acostumbrados al liderazgo de su canciller, sino que también lo siguen respaldando ampliamente.
Merkel tiene de lejos los niveles más altos de aprobación del país: el 72 por ciento ve su labor con buenos ojos, según una encuesta de este mes, y quien le sigue tiene 15 puntos porcentuales menos.
Pero lo cierto es que, a menos que ocurra algo extraordinario, Merkel dejará la cancillería tras las elecciones federales de septiembre, tal como lo ha prometido una y otra vez.
Y el primer recordatorio concreto este año de que ese final está cerca será la elección este fin de semana (15 y 16 de enero) de un nuevo presidente de su partido de centro derecha, la Unión Demócrata Cristiana o CDU.
La pugna entre la continuidad y el cambio
La elección es importante no sólo porque el vencedor liderará uno de los partidos históricos alemanes, el hogar político de Helmut Kohl, el canciller de la reunificación, y de Konrad Adenauer, quien lideró Alemania Occidental después de la Segunda Guerra Mundial.
Es relevante también porque el ganador partirá como uno de los favoritos para convertirse, de cara a las elecciones federales de septiembre, en el candidato del bloque que forma la CDU con su aliado bávaro la CSU, y podría suceder a Merkel en la Cancillería, a juzgar por las encuestas actuales.
A la fecha hay dos certezas sobre la elección de este fin de semana, que será decidida por 1.001 delegados del partido en una conferencia virtual: el vencedor será un hombre y será una persona del occidente del país, abogado, católico y padre de tres hijos.
Son rasgos que comparten los tres candidatos y marcan, de entrada, un contraste con Merkel, quien lideró la CDU entre 2000 y 2018 y que creció en la antigua Alemania Oriental, es científica, hija de un pastor luterano y no tiene hijos.
No es el único contraste. De hecho, los candidatos han tenido que buscar el balance entre darle a Merkel los réditos que merece y por los cuales el bloque CDU/CSU llega como favorito a las elecciones, y a la vez distanciarse lo suficiente de la canciller para presentar lo que sin duda será una nueva era.
Es una pugna entre cambio y continuidad.
Friedrich Merz, el anti-Merkel
De los tres candidatos, quien más se diferencia de Merkel es Friedrich Merz. De hecho, es descrito como su antítesis y uno de sus principales críticos dentro del partido.
Ambos tienen una historia en común, particularmente dolorosa para Merz. Mientras ascendía hacia el poder en la primera década del 2.000, Merkel logró deshacerse de Merz en las altas esferas del partido y este después se alejó de la política durante años para ganar una fortuna en el sector financiero.
Pero desde que Merkel anunció su retiro, Merz regresó para buscar su revancha. Y es una revancha que incluye romper con la actualidad, como él mismo explicó en un discurso reciente.
“Tenemos una base firme de lo que se ha logrado en los últimos años”, aseguró. “Pero ahora se trata de mirar hacia adelante, de atreverse a un nuevo comienzo, de permitir la renovación en Alemania y en la Unión Europea”.
Merz busca fortalecer el perfil conservador de la CDU. En el partido es apoyado sobre todo por quienes critican que Merkel haya movido a la CDU demasiado hacia el centro en temas como la migración, la política energética o temas sociales.
Su apuesta podría atraer votantes conservadores que se alejaron del partido y escogieron, por ejemplo, a la ultraderecha de Alternativa para Alemania o AfD. Pero también podría ser un riesgo porque puede alejar a quienes durante década y media apoyaron el perfil más centrista de Merkel.
Armin Laschet, el líder regional
Los delegados que quieren más continuidad que disrupción probablemente votarán por uno de los otros dos candidatos: Armin Laschet o Norbert Röttgen.
Laschet es cercano a la canciller, hasta el punto que la apoyó en una de sus posturas más controversiales, la de recibir migrantes durante la crisis de refugiados.
Lidera desde 2017 el ejecutivo de Renania del Norte-Westfalia, el estado más poblado de Alemania con unos 18 millones de habitantes y donde se encuentran ciudades de peso como Colonia, Bonn o Dortmund.
Esta experiencia es quizás su fortaleza, que él no duda en destacar: “Traigo experiencia de gobierno, el liderazgo de un gran estado federado, el equilibrio entre intereses divergentes y, tal vez algo no del todo perjudicial para un líder de la CDU, haber ganado una elección”.
Sin embargo, Laschet fue criticado por su manejo de la pandemia a nivel regional, lo que ha afectado sus chances y ha generado dudas sobre si sería una apuesta segura para la CDU.
Norbert Röttgen, por un partido más “femenino, joven y digital”
El fuerte del tercer candidato, Norbert Röttgen, son los temas internacionales. A Röttgen, quien lidera el comité de relaciones exteriores del Parlamento, se le ve cómodo hablando de la política hacia China, la relación transatlántica, el conflicto en Siria o del Brexit.
Fue el primero de los tres aspirantes en oficializar sus intenciones y aunque para muchos no tiene mayores opciones reales, ha ganado puntos al presentarse como un candidato que quiere “modernizar” a la CDU y volverla “más femenina, más joven, más digital”.
Tiene a su favor el hecho de haber sido entre 2009 y 2012 ministro de Medio ambiente, un tema cada vez más importante para Alemania y un punto que podría ayudar a la CDU/CSU si, tras las elecciones de septiembre, debe formar una coalición con el Partido Verde.
Pero hay dudas sobre si podría ganar unos comicios a nivel nacional. En 2012, Röttgen intentó ser líder regional en Renania del Norte-Westfalia, pero fue derrotado de manera tan contundente que, poco después, Merkel lo despidió de su puesto ministerial.
Esto no sólo afectó su relación con la canciller sino que lo debilitó políticamente. En su momento se habló incluso de una “humillación política”.
La compleja tarea de reemplazar a Merkel
A falta de pocos días para la conferencia virtual de la CDU, ninguno de los tres candidatos tiene la victoria clara.
De hecho, muchos alemanes dudan si el ganador tendría el talante para liderar Alemania y defender al país a nivel internacional. Según una encuesta reciente, la mayoría de simpatizantes de la CDU cree que ninguno de los tres sería un buen candidato a canciller. La opinión es compartida por votantes de otros partidos.
De ahí que también se esté discutiendo si el partido de Merkel, más allá de quien gane este fin de semana, no necesita barajar otros nombres que puedan llevar a una victoria en septiembre. Se habla del ministro de Salud, Jens Spahn, que oficialmente apoya a Laschet. O de Markus Söder, el líder regional de Baviera.
Todo esto revela lo complejo que será este año electoral en Alemania.
Pero también, y quizás esto es lo más significativo, demuestra lo difícil que resultará suceder a una canciller que marcó el destino de Alemania y de Europa durante más de 15 años.
Thomas Sparrow/France24