El Deutsche Bank, el banco más grande de Alemania, recortará 18.000 puestos de trabajo en el marco de una reestructuración radical en la que uno de los propósitos es reducir al mínimo la banca de inversión.
Así lo anunció hoy el consorcio tras una reunión del Consejo de Vigilancia.
La reestructuración deberá estar terminada a finales de 2022 y se calcula que tendrá un costo de 7.400 millones de euros.
Al final del proceso de reestructuración el Deutsche Bank tendrá cerca de 74.000 empleados en todo el mundo.
Ya en la asamblea general de mayo el presidente del consorcio, Christian Sewing, había anunciado duros recortes en el sector de la banca de inversión que incluirían negocios con acciones y divisas y asesoría en fusiones de empresas y en salidas a bolsa.
«Desde entonces, muchos de ustedes me han preguntado cuando se anunciarían las medidas concretas. Hoy ha llegado el día», dijo Sewing en una carta a los empleados.
Sewing agrega que para los intereses del banco a largo plazo no hay alternativa a la reestructuración. «Sólo así podemos lograr que el Deutsche Bank vuelva a tener una posición de liderazgo», dijo Sewing.
En los años anteriores a la crisis financiera la banca de inversiones era uno de los sectores más lucrativos para el Deutsche Bank y aportaba buena parte de los beneficios del consorcio.
Sin embargo, la crisis de 2008 sacó a relucir los aspectos negativos de esos negocios y el Deutsche Bank se ha visto abocado a pagar miles de millones de dólares en multas.
En los dos últimos trimestres el sector de la banca de inversiones del Deutsche Bank tuvo pérdidas.
La reestructuración, según Sewing, no es otra cosa que un «retorno a las raíces del Deutsche Bank».
«Se trata de volver a poner las necesidades de nuestros clientes en el centro de lo que hacemos», explica la carta.
Según Sewing, con la reestructuración el Deutsche Bank se hará más pequeño pero también más estable y más competitivo y estará otra vez cerca de su ADN, concentrándose en aquellos aspectos en los que tiene mayores capacidades. EFE