Las autoridades de Estados Unidos encontraron el cuerpo de Amanda Richmond Rogers, una mujer de 45 años que desapareció en diciembre del año pasado cuando se lanzó a un río helado para salvar a su perrito en Alaska.
Tres meses después de su desaparición, un hombre encontró el 24 de marzo el cuerpo de Amanda abrazando a su mascota, Groot. El cadáver estaba junto a un sendero cercano al río en el que desapareció, según el portavoz de la policía.
El medio local Anchorage Daily News señaló que, horas después del hallazgo, un equipo de medicina forense retiró el cuerpo de Amanda. Por su parte, Jennifer Richmond, hermana de la mujer, dijo que «realmente murió como una heroína».
DESAPARICIÓN DE AMANDA
El caso se remonta hasta el 23 de diciembre, cuando Amanda estaba celebrando su décimo octavo aniversario de bodas con su esposo, Brian Rogers. Durante una caminata, su perro cayó en las aguas del río North Fork Eagle.
«Por la expresión de su rostro supe que iba a salvar a nuestro perro. Ella era enfermera de emergencia, capacitada para ayudar y salvar personas», contó su esposo, quien también intentó rescatar a la mascota, pero no tuvo éxito.
Brian gritó en varias ocasiones a Amanda para que regresara, pero ella no escuchó. Después la vio nadando corriente abajo hasta que desapareció. «Esperé y esperé y sigo esperando», contó Brian a un medio local tras la desaparición.
«Ella no saltó para salvar ‘solo un perro’; era un miembro de la familia. Para mí y nuestros cuatro hijos, ella murió como una heroína», aseguró Brian, quien colaboró en las operaciones para encontrar a Amanda.
Tras la desaparición, los bomberos de Anchorage y el Departamento de Seguridad Pública pusieron en marcha una operación de rescate. Por su parte, decenas de voluntarios se sumaron a la búsqueda, intentando localizar el cuerpo de Amanda bajo el hielo.
Después de meses sin encontrar a Amanda, su familia la dio por muerta. A principios de marzo hicieron una actividad para recordar la vida de la mujer y uno de sus hijos aseguró que era «una persona tan única especial que Dios no podía esperar para verla».