El célebre científico y divulgador naturalista británicoSir David Attenborough advirtió que la humanidad se enfrenta a una sexta extinción masiva en este siglo si no abordará el cambio climático y la sobreexplotación de los recursos naturales del planeta.
En su nuevo libro, A Life on Our Planet (Una vida en nuestro planeta), Attenborough predice un futuro de inundaciones, sequías y un océano devenido ácido si no se salva a tiempo la Tierra.
“El mundo natural se desvanece. La evidencia está por todas partes. Ha sucedido durante mi vida. Lo he visto con mis propios ojos. Si no actuamos ahora, nos llevará a la destrucción. La catástrofe será inconmensurablemente más destructiva que Chernobyl”, escribe Attenborough, de 94 años.
El divulgador, famoso por los exitosos documentales que celebraron la increíble diversidad de la vida en la Tierra, predice una serie de posibles escenarios aterradores que podría enfrentar la próxima generación.
“Nos enfrentamos a la posibilidad real de una sexta extinción masiva, causada por acciones humanas”, escribe. “Dentro de la vida útil de alguien nacido hoy, actualmente se predice que nuestra especie provocará nada menos que el colapso del mundo viviente, precisamente en lo que se basa nuestra civilización”.
El problema, afirma, no es sólo la crisis climática. “La gente, con razón, habla mucho sobre el cambio climático. Pero ahora está claro que el calentamiento global provocado por el hombre es solo una de varias crisis en juego. Un equipo de estimados científicos dirigido por Johan Rockstrom y Will Steffen ha identificado nueve umbrales críticos integrados en el medio ambiente de la Tierra: cambio climático, uso de fertilizantes, conversión de tierras, pérdida de biodiversidad, contaminación del aire, agotamiento de la capa de ozono, acidificación de los océanos, contaminación química y extracciones de agua dulce”.
El primer problema podría estallar en toda su gravedad en la década que comienza en 2030 cuando, después de años de deforestación y quema ilegal en la cuenca del Amazonas, la selva tropical más grande del mundo podría reducirse en un 75 por ciento.
“La reducción de las precipitaciones provocaría escasez de agua en las ciudades y sequías en las tierras agrícolas creadas por la deforestación. La producción de alimentos se vería radicalmente afectada”, escribe Attenborough. “La pérdida de biodiversidad sería catastrófica”.
“Las especies que nos pueden haber proporcionado medicamentos, nuevos alimentos y aplicaciones industriales pueden haber desaparecido”, agrega.
Además, con el calentamiento global aumentando la temperatura de la Tierra, los deshielos en el Ártico comenzarán antes y las heladas llegarán más tarde.
Esto significa que el oso polar, que depende del hielo marino del norte para cazar focas, comenzará a extinguirse.
Attenborough escribió: “A medida que se alarga el período sin hielo, los científicos detectarán una tendencia preocupante. Las hembras embarazadas, privadas de sus recursos, darán a luz cachorros más pequeños”.
«Es muy posible que un año, el verano sea un poquito más largo y los cachorros que nazcan ese año sean tan pequeños que no puedan sobrevivir a su primer invierno polar. Toda esa población de osos polares colapsaría”.
Con el cambio climático continuando en la década de 2050, todo el océano se volvería totalmente ácido como resultado de que “el dióxido de carbono formará ácido carbónico para desencadenar un declive calamitoso”.
La mitad de la década de 2050 sería el final para las pesquerías comerciales y la piscicultura que quedan en todo el mundo.
La producción mundial de alimentos llegará a un punto de crisis después de siglos de agricultura intensiva agregando demasiado fertilizante al suelo dejándolo exhausto y sin vida.
La falta de alimentos también se agravará con la aparición de otra pandemia.
“Recién estamos comenzando a comprender que existe una asociación entre el surgimiento de virus y la desaparición del planeta”, afirma el científico.
“Cuanto más sigamos fracturando la naturaleza con la deforestación, la expansión de las tierras de cultivo y las actividades del comercio ilegal de vida silvestre, más probable es que surja otra pandemia”.
Finalmente, para 2100, el mundo salvaje habrá “desaparecido casi por completo”. Para ese entonces, “el noventa y seis por ciento de la masa de todos los mamíferos de la Tierra está formado por nuestros cuerpos y los de los animales que criamos para comer. Hemos invadido la Tierra. Pero para el próximo siglo, es posible que la hayamos vuelto inhabitable”
“El siglo XXII podría comenzar con una crisis humanitaria mundial, el mayor evento de migración humana forzada de la historia”, escribe Attenborough. “Las ciudades costeras de todo el mundo enfrentarían un aumento previsto del nivel del mar de 3 pies durante el siglo XXI, causado por el derretimiento lento de las capas de hielo, junto con una expansión progresiva del océano a medida que se calienta. El nivel del mar podría ser lo suficientemente alto para el 2100 como para destruir puertos e inundar el interior”.
A esto, se suma otro problema.“Si todos estos eventos se desarrollaran como se describe, nuestro planeta estaría 4° C más cálido para el 2100. Más de una cuarta parte de la población humana podría vivir en lugares con una temperatura promedio de más de 29° C , un nivel diario de calor que en la actualidad quema solo el Sáhara”.
“La sexta extinción masiva de la Tierra se volvería imparable”, según el científico. “Dentro de la vida útil de alguien nacido hoy, actualmente se predice que nuestra especie provocará nada menos que el colapso del mundo viviente, precisamente en lo que se basa nuestra civilización”.
Sin embargo, Attenborough afirma que las soluciones están “a nuestro alcance” y hay una serie de “pasos que podemos tomar y objetivos que debemos lograr para evitar la catástrofe que se avecina”.
Entre los remedios, el divulgador británico cita una mayor sostenibilidad, energía limpia, la reconstrucción de los océanos, ocupar menos espacio y ralentizar el crecimiento de la población, reseña INFOBAE