Los esfuerzos para rescatar sobrevivientes de Dorian se redoblaron este miércoles en las Bahamas, con apoyo de Estados Unidos y Reino Unido, en medio de la gran devastación que causó el huracán en este archipiélago del Océano Atlántico.
Los bahameños utilizaban jet skis y botes para retirar a las personas atrapadas en sus casas inundadas y destrozadas por las intensas lluvias y vientos de uno de los ciclones más potentes de los que se tiene registro.
La Guardia Costera estadounidense y la Marina Real británica se sumaron a los equipos de rescate con helicópteros, conduciendo evacuaciones médicas y evaluaciones aéreas para ayudar a coordinar los esfuerzos de alivio, así como vuelos de reconocimiento para evaluar los daños.
La Federación Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja (IFRC) dijo estar preparando «un gran esfuerzo de emergencia» para aliviar la situación de unas 76.000 personas afectadas por el ciclón en Gran Bahama y en las islas Ábaco.
Hasta el momento se ha informado de siete fallecidos, pero las autoridades bahameñas dijeron esperar un aumento de esa cifra.
El primer ministro Hubert Minnis calificó la situación como «una de las mayores crisis en la historia de nuestro país».
«Hay severas inundaciones, severos daños en los hogares, comercios, otras edificaciones e infraestructura», agregó.
– «No nos quedó nada» –
Imágenes aéreas muestran daños catastróficos, con centenares de viviendas sin techo, autos volcados, enormes inundaciones y escombros por todos lados.
En el aeropuerto de Nassau, abrumado por el ruido de las hélices de los helicópteros de rescate, las ambulancias aguardaban la llegada de heridos para trasladarlos a los hospitales, mientras la gente se aglomera para obtener noticias de familiares y amigos.
Entre la multitud, hay tres muchachas, estudiantes en Nassau, cuyas familias viven en Ábaco.
«Todo lo que tenemos -que teníamos- está en esa isla», dijo Meghan Bootle, de 21 años. «No nos quedó nada.»
Su hermana Raevyn, de 18, indicó que muchos residentes heridos estaban esperando salir de Ábaco. «Esperamos que el gobierno habilite el aterrizaje de aviones, que envíe barcos y ayude a la gente a salir de la isla».
Martysta Turnquest, 25 años, y prima de las hermanas Bootle, señaló que provienen de una parte de Ábaco de la que no se han tenido noticias desde el domingo, cuando Dorian tocó tierra en la isla como huracán categoría 5, con vientos de poco menos de 300 km/h.
«Aún hay un sinnúmero de personas de otros asentamientos de las que no se sabe nada», dijo Turnquest. «No tienen servicio de telefonía celular ni acceso a teléfono satelital».
Stephen McAndrew, director regional adjunto para las Américas de la IFRC, afirmó que «la velocidad es esencial» en la conducción de las operaciones de rescate.
«Ahora que Dorian se está alejando de las Bahamas, hay una ventana de oportunidad para salvar vidas y comenzar a aliviar el sufrimiento de estas comunidades», agregó en un comunicado.
– «Poderoso huracán» –
Mientras los esfuerzos de rescate cobraban vigor, Dorian se desplazaba a 15 km/h hacia la costa sureste de Estados Unidos -amenazando en particular a Florida, Georgia, Carolina del Sur y Carolina del Norte- como huracán categoría 2, dijo el Centro Nacional de Huracanes (NHC) estadounidense, con sede en Miami, en su boletín de las 15H00 GMT.
Agregó que con vientos de 165 km/h, sigue siendo un «poderoso huracán».
En Folly Beach, Carolina del Sur, George Hubbard, de 41 años, dice creer que los vientos «no serán demasiado fuertes«, aunque «estoy más in quieto por las inundaciones».
Pero el presidente estadounidense, Donald Trump, instó a las personas a mantener la prudencia.
«Puede que Estados Unidos tenga un poco de suerte respecto al huracán Dorian, pero, por favor, no bajen la guardia», tuiteó el mandatario. «Mientras se dirige a la costa, ¡pueden ocurrir cosas muy malas e impredecibles», añadió.
Las autoridades declararon el estado de emergencia en gran parte de la costa este del país, donde millones de habitantes podrían estar en la trayectoria de Dorian.
El Pentágono indicó que 5.000 miembros de la Guardia Nacional y 2.700 militares en servicio estaban listos para intervenir en caso de necesidad.