Estados Unidos endureció este jueves el embargo a Cuba al implementar, por primera vez y en desafío a la Unión Europea (UE), una medida que endurece el embargo y que permite reclamar ante cortes estadounidenses propiedades en la isla que fueron expropiadas tras la Revolución cubana.
Después de tres meses de amenazas, el Gobierno del presidente estadounidense, Donald Trump, levantó hoy la suspensión de los Títulos III y IV de la ley Helms-Burton, una decisión que podría generar demandas contra empresas de todo el mundo, entre ellas el grupo Meliá en España y la minera canadiense Sherritt.
La aplicación del Título III permite a los estadounidenses, incluidos los cubanos nacionalizados, demandar ante cortes de EE UU a las compañías que supuestamente se benefician de propiedades en Cuba que eran suyas o de su familia antes de la Revolución liderada por Fidel Castro en 1959.
Entretanto, el Título IV restringirá la entrada a EE UU de quienes hayan confiscado propiedades de estadounidenses en Cuba o comerciado con dichos bienes.
Esas medidas entran en vigor hoy 2 de mayo porque justo caducaba la congelación de los Títulos III y IV dictada por el secretario de Estado, Mike Pompeo.
En declaraciones a Efe, una portavoz del Departamento de Estado aseguró que el cambio de política busca impulsar la “democracia” en la isla, que vive en “dictadura”.
Por eso, ahora, las autoridades estadounidenses buscan “privar al régimen cubano de la riqueza que necesita para mantenerse en el poder” y castigarle por su apoyo al presidente venezolano, Nicolás Maduro, al que Cuba proporciona servicios militares y de inteligencia, según Washington.
Frente a ello, el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, consideró hoy jueves que EE UU recurre a “mentiras y calumnias” para amenazar la “soberanía de los pueblos” y justificar “su descalabro en Venezuela”.
La decisión de Trump promete intensificar las tensiones con la UE, que aglutina la mayoría de las compañías amenazadas y cuya alta representante para Política Exterior, Federica Mogherini, lamentó este jueves “profundamente” la plena aplicación de la ley y consideró que “debilita” la asociación transatlántica.
En una declaración en nombre de los Veintiocho, Mogherini afirmó que la entrada en vigor por completo de la Ley Helms-Burton “contraviene el derecho internacional” y avisó de que la UE “recurrirá a todas las medidas adecuadas para abordar las consecuencias de la aplicación” de esa iniciativa.
En concreto, Bruselas ha prometido utilizar su “estatuto de bloqueo”, que prohíbe la aplicación en territorio comunitario de las sentencias de tribunales estadounidenses relacionadas con el Título III y permite a los demandados recibir indemnizaciones por daños a través de procedimientos judiciales contra sus demandantes en las cortes europeas.
En el caso concreto de España, cuyas empresas dominan gran parte del mercado hotelero cubano, el ministro de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, ya ha anticipado que es necesario que la UE acuda de nuevo a la Organización Mundial del Comercio (OMC).
De hecho, fue una primera demanda ante la OMC presentada por la UE en 1996 la que forzó a EE UU, entonces con Bill Clinton en la Casa Blanca, a suspender indefinidamente la aplicación de los Títulos III y IV, medida que fue respetada por todos los antecesores de Trump.
Cuando el título III fue aprobado en 1996, el Departamento de Estado estimó que permitiría que se interpusieran entre 75.000 y 200.000 demandas ante cortes estadounidenses.
Hoy mismo empresa de cruceros Carnival fue demandada en Miami por el uso de unas instalaciones portuarias en Cuba que, tras la revolución, fueron expropiadas a sus dueños sin compensación.
Los exiliados cubanos en EE.UU. han reclamado durante mucho tiempo la activación del Título III con la esperanza de poder recuperar las fortunas que les fueron expropiadas hace 60 años.
Trump tiene la vista puesta en las elecciones presidenciales de 2020 y su decisión de activar los Títulos III y IV le facilita cortejar el voto cubano de Florida, un estado con un gran peso en los comicios estadounidenses y que el mandatario ya se llevó en las elecciones de 2016.
Según dijo a Efe el profesor William LeoGrande, experto en Cuba, Trump “está intentando dar una imagen de fortaleza a los cubanoamericanos de línea dura del sur de la Florida antes de las elecciones de 2020”.
Con información de EFE