Mathias Pierre, ministro de elecciones de Haití aseguró este jueves que dos de los seis capturados por su presunta participación en el asesinato del presidente Jovenel Moïse, perpetrado en la madrugada del miércoles 7 de junio en su residencia privada, son ciudadanos estadounidenses de origen haitiano, reportó The Associated Press (AP).
El funcionario confirmó a AP que un hombre haitiano-estadounidense identificado como James Solages, efectivamente estaba en el grupo de los sindicados por el magnicidio. Según reportes preliminares, Solages habría ejercido como guardaespaldas en la embajada de Canadá en Puerto Príncipe, aunque el ministro no aportó información acerca de los antecedentes laborales o personales del detenido.
A pesar de asegurar que otro de los aparentemente implicados también es un estadounidense de origen haitiano, Pierre no dijo su nombre, aunque precisó que los otros cuatro detenidos son de nacionalidad colombiana y que las edades de los sospechosos oscilan entre 55 y 35 años, siendo Solages el menor de ellos.
La agencia indicó que el departamento de Estado de los Estados Unidos reconoció «que estaba al tanto de los informes de que los haitianos estadounidenses estaban detenidos», aunque no confirmó ningún dato ni formuló comentarios al respecto.
La noche del miércoles, el director de la Policía Nacional de Haití, Léon Charles, comunicó que siete de los presuntos atacantes habían muerto en un enfrentamiento con las autoridades, pero de acuerdo con un video difundido por la periodista Patricia Villegas Marín, directora de la cadena multiestatal teleSUR, cerca de una decena de hombres habían sido aprehendidos este jueves por su aparente implicación con el asesinato del mandatario haitiano.
En un reporte divulgado la noche del jueves reseñado por Sputnik, la Policía haitiana precisó que han logrado identificar a 28 cómplices del asesinato de Jovenel Moïse, 26 de nacionalidad colombiana y dos de origen estadounidense. De estas, seis fueron capturadas (incluyendo a los estadounidenses), siete fueron abatidas por las fuerzas de seguridad y ocho más continúan en libertad.
¿Quién es James Solages?
Según la pesquisa realizada por AP, en el portal de una organización benéfica establecida en Florida en 2019 para ayudar a los haitianos, James Solages se describía a sí mismo como «un agente diplomático certificado» y proyectaba la imagen de «defensor de los niños y un político en ciernes». También sostenía que había trabajado como guardaespaldas en la embajada canadiense de Haití.
Empero, en el trabajo periodístico se asegura que la Embajada de Canadá en Puerto Príncipe no respondió a las solicitudes de comentarios antes de publicar el artículo y se admite que las llamadas para contactar tanto a la fundación como a «los asociados de Solang en la organización benéfica, no se realizaron o no fueron respondidas».
El arresto de los estadounidenses
De acuerdo con la declaración que ofrecieran testigos a AP, los dos estadounidenses fueron descubiertos en Puerto Príncipe por una multitud, mientras intentaban ocultarse entre unos arbustos. Aparentemente, el grupo les habría empujado y abofeteado.
Un periodista de la agencia que presenció el arresto, relató que los hombres «sudaban mucho y vestían ropa que parecía manchada de barro». Fueron transportados en la parte trasera de una camioneta de la policía hacia una comisaría cercana, donde les esperaba otro grupo de ciudadanos que pedía a las autoridades que les dejaran quemarles.
«Se escuchó a un hombre decir que era inaceptable que los extranjeros vinieran a Haití para matar al líder del país, refiriéndose a informes de funcionarios haitianos de que los perpetradores hablaban español o inglés», se agrega en la nota.
Los ciudadanos drenaron la frustración prendiendo fuego a varios vehículos agujereados de bala que aparentemente pertenecían a los sospechosos, unos hombres de piel blanca. Los automóviles no tenían placas y en el interior de uno de ellos se encontró una caja de balas vacía y agua.
Con el afán de calmar los ánimos, el jefe de la Policía llamó a mantener la calma, a dejar que las autoridades actuaran y advirtió que esas acciones estaban destruyendo evidencias necesarias para las investigaciones.
La puesta en cuestión de la versión oficial
Hasta el momento, subraya AP, ningún funcionario haitiano se ha pronunciado en torno al móvil del asesinato, sino se han limitado a señalar que fue realizado por «un grupo altamente entrenado y fuertemente armado», lo que ha contribuido a sembrar la desconfianza en la versión ofrecida por las autoridades.
Así, comentan que «cuando el periodista haitiano Robenson Geffrard, que escribe para un periódico local y tiene un programa de radio, tuiteó un informe sobre los comentarios del jefe de policía, generó una avalancha de respuestas que expresaban escepticismo».
Particularmente, muchos ciudadanos pusieron en cuestión que «los sofisticados atacantes descritos por la Policía» hayan podido ingresar a la residencia de Moïse traspasando los anillos de seguridad y la sala de pánico, cometer el crimen y escapar ilesos, y luego ser atrapados fácilmente, como que si no hubieran planificado un plan de escape.
Citando a un juez involucrado en el caso, el periódico haitiano Le Nouvelliste aseguró que el presidente había recibido una docena de disparos y que tanto su oficina como su dormitorio fueron saqueados en el ataque. Además, hizo referencia a declaraciones del juez Carl Henry Destin, en las que sostuvo que los investigadores hallaron cartuchos de bala de 5,56 y 7,62 milímetros entre la entrada y el interior de la vivienda.
Por su parte Jomarlie Jovenel, presente en la casa durante el asalto y que resultó ilesa porque se ocultó en la habitación de su hermano, dijo que los agresores habían amarrado a una empleada del servicio doméstico y a «otro trabajador».
Del lado del gobierno, el primer ministro en funciones, Claude Joseph, al frente del gobierno con el respaldo del Ejército y la Policía, anunció lo que puede interpretarse como una «vuelta a la normalidad», pues solicitó a los comerciantes que reabrieran sus negocios y que la población se incorporara a sus labores. También ordenó el reinicio de operaciones en el aeropuerto internacional de la capital, sin que esto implicara el fin del estado de sitio que regirá en el país durante dos semanas y que fuera decretado tras el asesinato de Moïse.
Se conoció, asimismo, que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas se reunió de emergencia para discutir sobre la situación del país caribeño. Helen La Lime, enviada especial de la ONU en Puerto Príncipe dijo a los periodistas que Haití solicitó ante el organismo asistencia adicional en materia de seguridad.