«Donde quiera que miro, alguien está siendo entubado, alguien está muriendo»

New York City

Los médicos en Nueva York liberan una batalla contra el coronavirus sin suficientes equipos de protección personal.

El drama y la lucha de médicos en Nueva York por salvar vidas habla de héroes anónimos, que se enfrentan cada día a la muerte.

Asistir a los pacientes se agrava cuando, por ejemplo, el acceso al Equipo de Protección Personal EPP en los hospitales de la ciudad y en todo Estados Unidos es cada vez más escaso en medio de la pandemia de coronavirus.

Pero entre todo, la gente muriendo es lo que más impacta a médicos y personal de salud en la primera línea de este desafío global.

“Donde quiera que miro, alguien está siendo entubado, alguien está muriendo, soy alguien que no puede salvar sus vidas ni aliviar su dolor. Soy alguien que tiene que estar a seis pies de distancia. Soy alguien que quiere tomar sus manos para alentarlos. Soy alguien que solo por un segundo quiere susurrarle al oído y decirle «no estás solo», pero sé que es un riesgo no solo para mí, sino también para los demás. Soy alguien esperando que la marea se calme. Soy un profesional de la salud y aunque mis manos están atadas. Soy imprescindible”.

Esta publicación en Instagram evidencia la batalla. La cuenta fue creada por los médicos de emergencias Stefan Flores y Lynn Jiang, para educar al público acerca de lo que está sucediendo en las salas de emergencia, mientras estos héroes de bata blanca, arriesgan sus vidas para salvar enfermos.

El doctor Flores explicó la situación a la Voz de América, vía Skype, acompañado por la doctora Jiang.

“Ahora no hay suficiente equipo de personal EPP, para mis colegas y para mí, y ahora yo tengo una (mascarilla) N-95, cada día y necesito protegerme durante mi turno”, dijo.

“Hay personas y pacientes que necesitan asistencia respiratoria, necesitan entubarse”, agregó.

Los relatos de los médicos que trabajan en los hospitales de la ciudad de Nueva York revelan el contraste entre las calles vacías de la Gran Manzana y las salas de emergencia, abarrotadas de pacientes.

“Sabemos que no estamos solos, estamos hablando cada día, nuestros amigos y colegas, estamos hablando cada día y hay más comunicación que antes, hay más amor más comunidad”, afirma la doctora Lynn Jang, médica de emergencias en Nueva York.