El capo narco mexicano se fugó a través de un túnel de 1.500 metros de longitud. El inmueble donde desembocaba había sido utilizado de refugio por sus cómplices. Buscan al criminal hasta en los drenajes.
El mundo amaneció con la estremecedora noticia de que Joaquín «El Chapo» Guzmán, el capo narco mexicano más peligroso, se había fugado por segunda vez de un penal de máxima seguridad. Según informaron las autoridades el jefe del Cártel de Sinaloa entró el sábado por la noche a la zona de las duchas. Al ver que no salía, los guardianes ingresaron y descubrieron el agujero, que desembocaba en un conducto vertical de unos 10 metros de profundidad y donde había una escalera.
Este conducto comunicaba, a su vez, con un túnel de más de 1.500 metros que contaba con tubería de pvc para ventilación, alumbrado y una motocicleta adaptada sobre rieles como mecanismo de extracción que, al parecer, fue usada para sacar la tierra. Dicho túnel conducía a una casa en construcción en la colonia Santa Juanita, en los alrededores de la cárcel Altiplano I, ubicada en Almoloya de Juárez, en el estado de México.
La casilla fue usada de refugio por los cómplices de Guzmán. Esta mañana, un intenso operativo policial se montaba en los alrededores para intentar dar con el paradero del «Chapo». Las fuerzas de seguridad rastrillaron incluso los inmensos tubos de drenaje de la zona para chequear que el capo narco no se hubiera ocultado allí.
La Policía montó un megaoperativo montado en nueve entidades federativas del país, que incluye a la Ciudad de México, el estado de México, Morelos, Puebla, Guerrero, Michoacán, Querétaro, Hidalgo y Tlaxcala, según reporta el diario local El Mañana. A la par de las operaciones en tierra, están siendo interrogados 18 guardas del penal.
El titular de la Comisión Nacional de Seguridad, Monte Alejandro Rubido, reveló en rueda de prensa que, al descubrirse la huida, se activó la «alerta roja», que implica, además de reforzar «la seguridad perimetral» del recinto, el establecimiento de «puntos de revisión en las principales vías de acceso a los asentamientos, municipio y estados vecinos».
También se han suspendido las operaciones «no revisadas» en el aeropuerto internacional de Toluca, la capital del estado y que está a 25 kilómetros del presidio. Las fuerzas desplegadas para dar con el paradero del fugitivo realizan controles de vehículos en la zona y se ha activado «un equipo técnico de vigilancia aérea», según Rubido, quien precisó que en la cárcel «se suspendió la entrada y salida de personas».
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