La audiencia preliminar por supuesto blanqueo de capitales a una treintena de imputados, incluidos los abogados Jurgen Mossack y Ramón Fonseca -socios de la desaparecida firma que estuvo en el centro del escándalo de los Papeles de Panamá- fue aplazada el martes para inicios de 2022.
La fiscal del caso, Isis Soto, dijo que el proceso fue pospuesto debido a la ausencia de varios abogados defensores y que se volvería a celebrar entre marzo y abril próximos. Aseguró que el Ministerio Público estaba preparado para sustentar su vista fiscal y solicitar el llamamiento a juicio de los 33 imputados.
Se trata de un caso de alto perfil que se prolonga aún más en un país fuertemente cuestionado por su administración de justicia y con una mala calificación en la lucha contra la corrupción.
“Es una investigación que se inició en el 2016 producto de hechos noticiosos que se vinculaban a la Operación Lava Jato o Triple X vinculada con una oficina de abogados en Panamá, que daba esa figura jurídica financiera para el encubrimiento de dinero proveniente de actividades ilícitas”, sostuvo la fiscal.
En abril de 2016 una filtración periodística reveló cómo desde el bufete de los abogados Mossack y Fonseca se habían creado sociedades presuntamente para evadir impuestos a escala mundial. Varias de ellas estaban vinculadas con la llamada Operación Lava Jato, considerada la mayor investigación contra la corrupción en la historia de Brasil y que tuvo un impacto directo en varios países de América Latina.
En diciembre de ese año la constructora brasileña Odebrecht admitió ante el Departamento de Justicia de Estados Unidos que había pagado de 788 millones de dólares en sobornos en 12 países para obtener contratos para realizar obras públicas. Varios de esos sobornos se habrían canalizado a través de “sociedades fantasma” creadas por el bufete panameño.
La audiencia se iba a desarrollar en la sala de un viejo teatro habilitada en los últimos días para ventilar los casos de corrupción de alto perfil en Panamá.
Fonseca dijo a su llegada a la audiencia que deseaba “probar en este juicio que vender sociedades anónimas panameñas no es un delito. Se hace todos los días y se hace en el mundo entero porque el mundo entero camina con sociedades anónimas”.
“Nosotros éramos una firma de abogados como cualquier otra firma panameña, ejerciendo el derecho igual, sin cometer ninguna ilegalidad. La cogieron con nosotros para destrozar el sistema bancario y de servicios panameños”, apuntó.
Mossack y Fonseca anunciaron el cierre de sus oficinas en marzo de 2018 después de la sonada filtración de 11 millones de documentos financieros secretos del bufete que sacaron a la luz cómo algunas de las personas más ricas del mundo -incluidos gobernantes, empresarios y figuras del deporte- ocultaban su dinero en paraísos fiscales.
Los Papeles de Panamá golpearon duramente la imagen de economía de servicios de la nación centroamericana. AP