El Rey Felipe VI defendió esta mañana en la Ofrenda ante el Apóstol en Santiago la necesidad de mantener la «unidad», el «compromiso firme» y la «solidaridad entre territorios» para superar la crisis sanitaria y económica del Covid-19. En una ceremonia que este año se celebró en San Martín Pinario al estar la Catedral en obras, el arzobispo Julián Barrio, abogó por soluciones para reconstruir el tejido económico «teniendo en cuenta siempre el bien común».
Los Reyes llegaron a la escalinata de San Martín Pinario en torno a las 11.00 horas donde fueron recibidos por el presidente de la Xunta, Alberto Nuñez Feijóo, la ministra de Economía, Nadia Calviño, y el presidente del Tribunal Constitucional, Juan José González Rivas, además de otras autoridades.
En su Ofrenda el monarca reconoció que los «desafíos» a los que se enfrenta el país son «enormes», no solo en salud sino también económicos. Al igual que el arzobispo tuvo unas palabras para recordar a las víctimas de la pandemia y reconoció «la entrega sin límites» de los profesionales sanitarios y «el sacrificio impagable» de los ciudadanos. «Debemos afrontar las consecuencias económicas y sociales desde la unidad profunda y el compromiso firme en la búsqueda del bien común», señaló en una intervención en la que mezcló el gallego y el castellano. El Rey recordó que durante la crisis sanitaria se demostró que la fuerza «reside en la cercanía y en la colaboración» e instó a mantener ese espíritu. Además, Felipe VI valoró el compromiso de Galicia con «el autogobierno y la España plural».
Julián Barrio secundó sus palabras porque, en su opinión, la crisis del Covid-19 evidenció la «urgencia de ayudarse mutuamente». Por eso el arzobispo pidió «unidad», pero también «respeto a los derechos y la responsabilidad ante los deberes», así como preservar la «cultura del cuidado común».
Recibidos entre aplausos y gritos
Los Reyes han sido recibidos este sábado en Santiago de Compostela entre aplausos y gritos de «¡Viva España!» donde tuvo lugar la tradicional ofrenda al Apóstol en el Día de Galicia. En una de las calles aledañas, un grupo de ciudadanos ha coreado y ondeado banderas de España para expresar su apoyo a la pareja real en su visita a Galicia dentro de la gira por todas las comunidades autónomas.
«¡Viva el rey!», «¡Viva España!», han gritado, lo que ha hecho que don Felipe y doña Letizia les saludaran con la mano para agradecer el gesto.
En una mañana soleada, el recibimiento ha tenido lugar en el exterior de la iglesia, en vez de en la Plaza del Obradoiro, como suele ser costumbre, con el fin de evitar aglomeraciones en una jornada marcada por la pandemia.
Los reyes y las autoridades han contemplado una de las alfombras que han engalanado las entradas de la iglesia y del monasterio de San Martiño Pinario, confeccionadas con flores, conchas de berberecho y zamburiñas y otros materiales por alfombristas gallegos. A continuación, han accedido al templo por las escaleras de la fachada principal, donde les ha esperado el arzobispo compostelano, Julián Barrio, a quien los reyes han saludado con una reverencia.
Bajo los acordes del himno nacional, don Felipe y doña Letizia han recorrido el pasillo central hasta situarse ante el altar, donde a su vez se ha situado la imagen del apóstol Santiago traída desde el Museo de la Catedral.
El conjunto monástico de San Martiño Pinario, anexo a la catedral, está considerado el segundo edificio religioso más grande de España después del de San Lorenzo de El Escorial y mantiene desde sus orígenes un estrecho vínculo con el culto al Apóstol.
Tras la misa y la ofrenda, la visita se completó en el Pazo de Raxoi, sede del Ayuntamiento, donde los reyes van a firmar en el Libro de Oro.