“Se acabó la misa, vayan en paz y contribuyan, por favor, con sus donaciones, al bienestar de la parroquia”, solía decir el sacerdote de la iglesia italiana de Prato a sus fieles, muchos de los cuales eran ricos.
Por La República
Los mismos que quedaron conmocionados al enterarse que su párroco fue detenido por la Policía tras ser acusado de venta e importación de drogas y, además, de usar el dinero proveniente de limosnas para poder financiar esos narcóticos.
Según las investigaciones policiales, el padre Francesco Spagnesi habría utilizado el dinero recaudado por la iglesia para poder comprar drogas y organizar fiestas sexuales, donde acudían médicos, gerentes bancarios y empresarios, que el párroco reclutaba por internet.
Por su parte, el fiscal Giuseppe Nicolosi aseguró que las fiestas fueron organizadas con un cercano y fueron tan frecuentes que se estima la asistencia de al menos 200 personas. Alessio Regina, compañero del cura, también fue detenido por estar transportando droga.
El obispo de Parto, Giovanni Nerbini, afirmó estar con “dolor y consternación” por lo ocurrido y reconoció que, durante abril, Spagnesi le confesó haber consumido drogas. Le recomendó que acudiera a un psicoterapeuta y le retiró sus atribuciones sobre las arcas parroquiales tras hallar movimientos sospechosos.
Los feligreses, que durante años habían apreciado a su “pastor” joven y dinámico, habían notado recientemente un cambio radical. “Estaba nervioso, tímido y ausente, no le gustaba organizar bautizos, comuniones, confirmaciones y bodas”, sostuvo un fiel.
Finalmente, a principios de septiembre, el sacerdote fue destituido y a mediados de septiembre la Policía lo detuvo. El juez de instrucción ordenó que Don Spagnesi fuera puesto bajo arresto domiciliario.
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