Con sus propias manos, los familiares de desaparecidos trabajan para exhumar restos de personas de tres fosas clandestinas en el norteño estado de Tamaulipas, duramente impactado por la violencia de los cárteles del narcotráfico en México.
En las faldas de la Sierra Madre Oriental, Graciela, presidenta del colectivo Milynali de personas desaparecidas, vierte un cubo de tierra sobre una criba para filtrarla en busca de restos de personas enterradas clandestinamente por los grupos criminales.
Milynali, la hija de Graciela de 13 años de edad, desapareció en 2012 en una carretera a pocos kilómetros de donde están las fosas clandestinas cuando regresaba de un viaje de fin de semana con su tío y sus primos.
En esta región, conocida como la zona Cañera e integrada por los municipios de El Mante, Xicotencatl y Gómez Farías; se registraron entre los años 2010 a 2013 más de 2.0000 desapariciones de personas, producto de la cruenta guerra entre el Cartel del Golfo y los Zetas, que hoy dominan la región.
Milynali, su tío y tres primos desaparecieron el 14 de agosto del 2012 cuando regresaban de Houston (Texas, EE.UU.) con destino a Tamuin en San Luis Potosí, de donde es originaria la familia de Graciela.
Desde esa fecha, Graciela se ha dedicado a una búsqueda que esta vez la ha llevado a las tres fosas clandestinas que están 35 kilómetros de distancia de El Mante, una ciudad que basa su economía en la producción de caña de azúcar.
Para llegar al lugar de las fosas es necesario tomar una carretera principal y luego un camino secundario que conduce a un rancho al pie de las montañas.
Entre vegetación subtropical, una zona del rancho El Papalote ha sido dividida en seis áreas y en ellas los familiares de desaparecidos iniciaron en junio del año 2018 las excavaciones para encontrar restos humanos.
El proceso de búsqueda se inicia excavando con una pala, luego la tierra es depositada en un envase de 20 litros, luego este se lleva a cuadrados de 50×50 centímetros hechos por los integrantes de los colectivos con base a su experiencia donde se filtra la tierra.
“Nosotros hicimos esta criba, esta hecha con nuestras manos; ya nos dijeron que a lo mejor nos copian el modelo para realizar búsquedas en otros estados”, expresa una madre de familia mientras busca restos del tamaño de una moneda de medio dólar.
En total, han sido hallados más de 100 kilogramos de huesos, entre dientes, dedos, partes de cráneos, quijadas, también restos de prótesis o ropa.
Todos los elementos encontrados son embalados y puestos a disposición de personal de la Fiscalía General de la República con el fin de hacer examen de ADN y comenzar el rastreo y una potencial identificación.
La novedad es que está presente el subsecretario de Derechos Humanos, Migración y Población de la Secretaria de Gobernación, Alejandro Encinas Rodríguez, encargado de las acciones del Gobierno mexicano para localizar a los desaparecidos en el país.
Encinas fue invitado por los colectivos Voz y Dignidad y Milynali Red CFC.
“Hay que destacar es el trabajo de los familiares de las víctimas y la coordinación que han logrado con las instituciones locales y federales, yo creo que es un modelo de intervención en estos casos de búsqueda que deben de aplicarse en otras partes del país”, asegura el funcionario.
Según cifras del Gobierno mexicano, se tienen registradas más de 40.000 personas desaparecidas, unas 1.100 fosas clandestinas y 26.000 cuerpos sin identificar en el país.
La crisis de desapariciones de México es similar a la que se registró en Bosnia, donde se contabilizó un número similar de personas que no dejaron rastro, comenta Encinas.
Al finalizar los familiares se retiran sus atuendos conformados por botas de tela, guantes, cubre bocas, usados para no contaminar la escena y los suben a sus vehículos para retirarse escoltados por un convoy de 13 camionetas de marinos y policías federales.
Por este día, la búsqueda ha terminado, pero en los próximos días los colectivos continuarán el mismo proceso de búsqueda en dos fosas situadas a pocos kilómetros de la zona.