Así lo ha hecho el Centro Nacional de Artes Plásticas (CNAP) ante la Brigada de Represión del Bandidaje (BRB).
El Centro Nacional de Artes Plásticas (CNAP) ha denunciado ante la Brigada de Represión del Bandidaje (BRB) la desaparición de «varios millares» de objetos de obras de arte, en numerosos ministerios y administraciones públicas, incluso en el Palacio del Elíseo.
El CNAP presentó su denuncia a primeros del mes de junio pasado. Y la última generación de inspectores de policía de la BRB ha «descubierto» que el robo y expolio del patrimonio nacional comienza en Francia en los más selectos palacios de las instituciones del Estado, desde hace muchos años.
En 1997, el Tribunal de Cuentas (TdC) puso el grito en el cielo cuando los responsables de la seguridad de la residencia oficial del primer ministro (Palacio de Matignon), la Asamblea Nacional (AN) y el Senado reconocieron ignorar donde se encontraban más de 50.000 obras de arte, propiedad del patrimonio nacional, «en paradero desconocido».
Se trata de un problema que tiene décadas de historia. En 1995 se creó el Thesaurus de investigación electrónica y visual en materia artística (Treima, la siglas francesas de la institución) que tiene en su repertorio más de 100.000 obras de arte desaparecidas en los palacios de la República. Cuatro inspectores de policía trabajan diariamente, desde hace veinticinco años, intentando descubrir pistas, rastros, huellas, de esos millares de obras de arte que cada año desaparecen en los más selectos pasillos del Estado «providencia».
En muchos casos, los inspectores especializados en esos trabajos de «preservación» del patrimonio nacional, consiguen rescatar obras que estaban mal catalogadas, mal «guardadas», o se intentaban vender entre particulares o subastas públicas.
La última denuncia presentada por el CNAP, a primeros de junio, tiene una particularidad. Siete de las obras desaparecidas, los últimos años (más de un millar) se encontraban en la residencia oficial del presidente de la República, el palacio del Elíseo. Se trataría de un busto en bronce y de estatuillas de madera y en tierra cocida. Oficiosamente, se trata de obras de «poco valor» (varios millares de euros).
El CNAP ha tardado seis o siete años en denunciar una desaparición de la que se tenía constancia desde noviembre de 2012 y enero de 2013, siendo presidente François Hollande. Desde entonces, los servicios oficiales del Elíseo y varios departamentos policiales han intentado descubrir el «misterio» de la desaparición. En vano. De ahí la decisión final del CNAP: denunciar el caso, para intentar «tirar de la manta» de un problema que viene de muy lejos.
En los países con un patrimonio cultural importante, es tradicional que los museos e instituciones públicas «presten» a embajadas, ministerios y residencias de ministros y cuerpo diplomático, ocasionalmente, obras de artes destinadas a «decorar» edificios, casas, sedes oficiales. España y Francia utilizan sistemas bastante parecidos, con «resultados» y «consecuencias» que los gobiernos suelen cubrir con un tupido velo de escasa información.
La denuncia de las últimas desapariciones de obras de arte de escaso valor económico, pero de un valor altamente simbólico, en el Elíseo, ha desenterrado otro problema de fondo: ya existen más de 2.300 denuncias de robos de obras de arte «desaparecidos» en instituciones propiedad del Estado. La instrucción de esa «montaña» de casos por instruir y juzgar llevará años de imprevisible trabajo. reseña ABC