Florida retomó este lunes el control administrativo de una zona gestionada por Disney alrededor de su parque de atracciones de Orlando, en el último episodio de una disputa entre el gobernador republicano Ron DeSantis y el gigante del entretenimiento.
«Hoy el reino corporativo finalmente llega a su fin, declaró DeSantis durante la firma de la ley que cambia la gobernanza del distrito especial de la compañía, aprobada hace dos semanas por el Parlamento estatal.
«Esta legislación acaba con el estatus de autogobierno de Disney, hace que Disney viva bajo las mismas leyes que todos los demás y garantiza que Disney pague sus deudas y su parte justa de impuestos», añadió.
El político y la compañía se enemistaron el año pasado cuando Disney criticó una ley promovida por DeSantis que prohíbe enseñar asuntos relacionados con la orientación sexual y la identidad de género en escuelas primarias de Florida sin el consentimiento de los padres.
Como represalia por esas críticas, el gobernador firmó en abril de 2022 una ley para eliminar el distrito especial de Disney, conocido hasta ahora como Reedy Creek Improvement District.
La compañía, que emplea a más de 75.000 personas en Florida, dirigió esta zona de 100 km2 como un Ayuntamiento local desde los años 1960. En virtud de ese acuerdo cobraba impuestos y garantiza servicios públicos esenciales como recogida de basura, tratamiento de aguas, etc.
«Permitir que una corporación controle su propio gobierno es una mala política, especialmente cuando la corporación toma decisiones que afectan a toda una región», dijo DeSantis desde el distrito especial, que se llamará ahora Central Florida Tourism Oversight District.
«Compinches conservadores»
La nueva ley, que entra en vigor de inmediato, no anula el distrito especial, sino que sustituye su directiva. Desde ahora el gobernador designará a los cinco miembros de la junta de supervisores, que deberán ser aprobados por el Senado floridano.
DeSantis ya anunció sus candidatos para esa junta, entre los que destacan Bridget Ziegler, cofundadora de la organización conservadora Moms for Liberty.
La legisladora demócrata Anna Eskamani, que representa el área alrededor del parque Walt Disney World, criticó la medida firmada esta mañana.
«Todo lo que hace este proyecto de ley es cambiar el nombre de Reedy Creek y permitir que el gobernador DeSantis nombre para una nueva junta a compinches conservadores hostiles» a Disney, escribió en un comunicado.
«Disney sigue manteniendo las mismas exenciones fiscales, pero sus derechos de la Primera Enmienda (que garantiza la libertad de expresión) han sido suprimidos, y se envía un mensaje a cualquier persona o empresa privada de que si no pretendes lo que el Gobernador quiere, entonces serás castigado», añadió.
La iniciativa contra Disney se enmarca en la batalla cultural librada en los últimos meses por DeSantis, de 44 años, al que todos ven como un candidato a la Casa Blanca en 2024.
Desde hace meses los republicanos, con el gobernador floridano a la cabeza, tienen en el punto de mira a medios de comunicación, empresas y políticos demócratas a los que acusan de querer imponer su ideología progresista «woke» a los demás.
«Queremos que nuestros hijos sean niños, queremos que puedan disfrutar del entretenimiento, de la escuela, sin que se les imponga una agenda», dijo DeSantis este lunes. «Así que si vas por ese camino como compañía, esos no son los valores que queremos promover en el estado de Florida». AFP