«Las FARC siempre ha colocado como condición la judicialización del ex presidente Álvaro Uribe. Que este anuncio se dé se explica como un cumplimiento y tiene una relación directa con esas exigencias de las FARC«, afirmó Alejandro Ordóñez, fuerte crítico de las negociaciones de paz con la guerrilla, a la emisora RCN Radio.
La Fiscalía remitió a la Corte Suprema la documentación pertinente para que el alto tribunal decida si cabe investigar a Uribe por presuntamente colaborar con las extintas Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) mientras fue gobernador del departamento de Antioquia (noroeste) entre 1995 y 1997.
La solicitud de investigación llega un mes después de que el exjefe paramilitar Diego Fernando Murillo, alias «don Berna», que cumple condena en Estados Unidos por narcotráfico, señalara a Uribe de haber participado indirectamente en la masacre de El Aro, donde fueron asesinados 15 campesinos en octubre de 1997.
Ordóñez, que ha cuestionado en varias ocasiones el acuerdo de justicia transicional que alcanzaron hace casi dos semanas el Gobierno colombiano y las FARC, pidió que ese pacto respete el derecho internacional para que tenga la sostenibilidad jurídica necesaria.
En este sentido, sostuvo que el narcotráfico no puede ser conexo a los delitos políticos.Sin embargo, la Corte Suprema de Colombia ha respaldado esa posibilidad en varios fallos, siempre y cuando esa actividad tenga como fin «financiar organizaciones insurgentes».
De aplicarse esta medida, el narcotráfico entraría en la amnistía que el acuerdo de justicia transicional prevé para los delitos políticos.
«Nunca el narcotráfico había logrado tanto, ni siquiera con Pablo Escobar«, apuntó el procurador, que aseguró que las FARC mantendrán los ingresos que han obtenido por esta actividad y que esa será su fuente de financiación para participar en política cuando se desmovilicen.
Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) retomaron el viernes pasado las negociaciones de paz que mantienen con el Gobierno de Colombia en La Habana, sede permanente de los diálogos desde noviembre de 2012.
Este nuevo ciclo en las conversaciones tiene lugar tras el impulso que recibió el proceso con la firma de un acuerdo sobre justicia transicional en la capital cubana y un histórico apretón de manos entre el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, y el líder de la guerrilla, Rodrigo Londoño, alias «Timochenko».
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