Lejos de sus familias y decepcionados, casi 32.000 marroquíes están bloqueados en varios países del mundo desde que Marruecos cerró sus fronteras para luchar contra la pandemia de coronavirus.
El gobierno asegura preparar su repatriación, pero de momento no hay fecha.
Manal tenía que volver a su casa tras un viaje turístico en Indonesia. Pero tras una escala en Estambul, su vuelo a Casablanca fue «anulado por la compañía aérea» a causa de la suspensión sin preaviso de todas las conexiones, explica a la AFP esta ingeniera de 33 años.
«Estoy enfadada y tengo un sentimiento de abandono por empezar mi tercer mes sin saber cuando podré volver», afirma. De momento vive en una habitación compartida, sin ayuda del consulado de Marruecos en Estambul.
Ilias (un seudónimo) tomó un ferry hacia el sur de España con su compañera para pasar un fin de semana no muy lejos de las costas marroquíes. Pero ahora también está bloqueado.
«Estamos muy decepcionados por el amateurismo político y las declaraciones contradictorias», dice este ejecutivo de 34 años, que reconoce «tener suerte» por ser uno de los los marroquíes que tiene ayuda de los consulados.
Unos 31.800 marroquíes, que estaban de viaje de negocios, de turismo o visitando a la familia, viven en un exilio forzado. Gran parte de ellos están en España, Francia y Turquía.
Frente a la pandemia, Marruecos cerró sus fronteras, suspendió todos los vuelos y declaró el estado de urgencia sanitaria, con un confinamiento estricto reforzado con un toque de queda nocturno.
Miles de turistas bloqueados en Marruecos pudieron volver a sus países con vuelos especiales vacíos a la ida, para desesperación de los marroquíes, a quienes les hubiera gustado subir para regresar a sus casas.
Para hacerse oír, las personas bloqueadas multiplicaron los llamamientos de ayuda, con sentadas y campañas en las redes sociales.
Algunos enviaron una letra abierta al rey Mohamed VI: «Estamos agotando nuestros recursos financieros y nuestra salud mental se degrada», dicen los firmantes.
Los consulados ya pusieron en marcha unas «células de acompañamiento» que asumen los gastos de alojamiento de 6.500 marroquíes, según el gobierno.
Los demás no tienen ningún apoyo.
La oficina de la Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH) en París alertó recientemente de la «situación de gran vulnerabilidad» de las «personas mayores, con enfermedades graves o de los padres con niños de corta edad».
«Entiendo el hecho de que el mundo entero viva una crisis inédita que necesita medidas inéditas pero la falta de comunicación del Estado es inadmisible», dice la periodista Aida Alami, que escribe para el New York Times, y que fue a Francia a mediados de marzo.
Hasta ahora, solo 500 marroquíes bloqueados en el enclave español de Ceuta y Melilla fueron autorizados a cruzar la frontera a pie después de más de dos meses de espera.
Los primeros se fueron de Melilla, después de que una marroquí bloqueada en el enclave fue hallada muerta en plena calle debido a un ataque cerebral.
Esta semana el primer ministro Saad-Eddine El Othmani dijo que existen planes de repatriación «listos» y esperó que «las buenas noticias» se anuncien pronto. AFP