El Gobierno de Cuba flexibilizará sus reglas de importación de alimentos para permitir que sus ciudadanos ingresen con carnes en conserva y leche líquida ultrapasteurizada de hasta 13 países.
Se trata de un nuevo gesto de permisividad, de otros tantos desde hace meses, en un contexto de carestía de productos básicos en el país caribeño y de una grave crisis económica.
La información fue difundida este martes por la prensa oficial de la isla, que recoge una nota del Ministerio de la Agricultura (Minag) en la que se anuncia una flexibilización en las “regulaciones sanitarias”.
De acuerdo con la nota –que no especifica una fecha de entrada en vigor– se podrán ingresar conservas de res, cerdo y de aves “de marcas comerciales reconocidas” de países como España, Portugal, Italia, Estados Unidos, Canadá, Argentina y México.
Este listado aplicará también para la importación de embutidos. En el caso de “leche fluida UHT, condensada, evaporada, y postres lácteos originadas de cualquier área geográfica” no se tomará en cuenta su país de procedencia.
OTRAS NORMAS DE IMPORTACIÓN
Estas medidas se anuncian poco después de que se publicara una resolución en la que se establecen “las reglas para las importaciones no comerciales que realizan las personas naturales”.
Se permitirá entrar en el país con hasta 5 teléfonos móviles —anteriormente el límite era de 2—, 2 generadores eléctricos, 2 motocicletas eléctricas y la posibilidad de una tercera si ingresa a través del envío de carga.
También se redujo del 100 % al 30 % el impuesto aduanero y se duplicó el límite de importación para pasar de los 10 a los 20 kilogramos.
A eso se suma la reducción del arancel por kilo importado, de 20 a 10 dólares.
En su último discurso al Parlamento, el ministro de Economía, Alejandro Gil, aclaró que estas acciones solo se aplicarán para “personas naturales con carácter no comercial». Es decir, no se puede hacer a través de empresas ni para posteriormente comercializar esos productos.
DESCONTENTO SOCIAL
Motivado por la crisis alimentaria en la isla, así como las protestas antigubernamentales del año pasado, el Gobierno eliminó de forma temporal el arancel para alimentos y medicinas.
Sin embargo, estas medidas no han estado exentas de críticas por solo impactar en los insulares que tienen familiares en el exterior o que cuentan con los recursos suficientes como para viajar en avión.
Hasta antes de las movilizaciones de 2021, muchos cubanos recurrían a las llamadas “mulas”, que ingresaban en su equipaje con productos de otros países y cobraban una compensación.
Esta laxitud tomó efecto días después de las manifestaciones del 11 de julio de 2021, las mayores en décadas.
La primera prórroga de las medidas se aprobó en diciembre pasado y la más reciente tomó efecto en mayo y durará hasta diciembre de 2022.
La legislación vigente en Cuba sobre la importación de equipaje consiste en un complejo sistema de puntos y límites de peso que establece aranceles a los excesos de artículos traídos por los viajeros.
En el caso de los medicamentos, se permite introducir en el país hasta 10 kilogramos.
Con el fin de corregir la dependencia en el exterior para acceder a alimentos —el país ingresa en torno al 80 % de lo que consume—, Cuba aprobó en mayo una ley de soberanía alimentaria para aumentar la producción agrícola y reducir las importaciones. EFE
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