La comitiva de Maduro en su costosa gira asiática alcanza a más de 100 personas según información extraoficial. Y sin ningún tipo de preocupación, ahí está el hijo de Maduro, Nicolasito, tranquilo conociendo el mundo a costa del presupuesto nacional. Sin trámites Cencoex, ni engorrosas carpetas y mucho menos eso de meterse la mano en el bolsillo para costear su segundo viaje a China este año. En “revolución” ser hijo de papi tiene sus privilegios.
(lapatilla.com)