La crisis energética que atraviesa Ecuador por la grave sequía en sus principales centrales hidroleléctricas se recrudeció desde este lunes con apagones programados de hasta once horas al día en algunas zonas, mientras que en la capital Quito ciertos sectores han comenzado a experimentar también racionamientos de agua.
A última hora del domingo, la administración del presidente Daniel Noboa sorprendió con una ampliación de los horarios programados para los apagones en el transcurso de esta semana, al ampliar la posibilidad de cortes en el suministro eléctrico por hasta once horas al día en distintos segmentos horarios.
El creciente déficit hídrico llevó a que los apagones que inicialmente estaban programados para que transcurriesen por la noche se diesen también durante el día, lo que implica una mayor afectación para la población y para la economía, que puede llegar a experimentar unos 12 millones de dólares de pérdidas por cada hora de corte eléctrico, según un cálculo oficial.
El domingo, doce de las veinticuatro provincias del país registraron apagones entre las 8:00 y las 17:00 hora local, advertidos con muy pocas horas de antelación.
La atención está puesta en el embalse de Mazar, el segundo más grande del país con una capacidad de 410 millones de metros cúbicos, y cuyo nivel ha aumentado levemente cerca de un metro en las últimas horas gracias a algunas lluvias caídas en el sur de Ecuador, tras haber registrado el sábado una cota de 2.116,40 metros, un poco por encima de su nivel mínimo de 2.110 metros.
Esta pequeña mejora no ha sido suficiente para solventar los apagones y este lunes han estado fuera de operación las tres centrales hidroeléctricas del río Paute que se alimenten con el agua almacenada en Mazar, con una potencia instalada en conjunto de 1.757 megavatios, que sirven para abastecer a cerca del 40 % de la demanda nacional de electricidad.
El ministro de Energía y Minas, Antonio Gonçalves, reconoció en una rueda de prensa que están a expensas de lluvias en la zona austral de Ecuador, tras una época seca que el Gobierno ha definido como la peor en 61 años.
Por su parte, la ministra de Ambiente, Agua y Transición Ecológica, Inés Manzano, informó que en las últimas veinticuatro horas se registraron lluvias en 16 provincias del país, según los datos del Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi), y se espera que a lo largo de esta semana llueva de manera focalizada, lo que mejoraría las previsiones.
En caso de que las lluvias sean torrenciales podrían afectar por acumulación de sedimentos a Coca Codo Sinclair, la central hidroeléctrica más grande de Ecuador con una potencia de 1.500 megavatios, por lo que Gonçalves advirtió que esa eventual situación podría también afectar a la generación y causar cortes del fluido eléctricos imprevistos que se avisarían con dos o cuatro horas de antelación.
Empresarios piden transparencia
La situación ha levantado críticas contra el Gobierno procedentes tanto del sector empresarial como de las organizaciones sociales.
La presidenta ejecutiva de la Cámara de Industrias y Producción (CIP), María Paz Jervis, rechazó categóricamente a nombre de su gremio «la falta de información y las contradicciones del Gobierno nacional en esta crisis energética que atraviesa el país».
«Hoy amanecimos además con la información de que algunas ciudades tendrían cortes de hasta once horas, lo que genera pérdidas millonarias para la industria, hablamos de alrededor de 25 millones de dólares cada día», estimó Jervis.
Indígenas ven «crisis multimensional»
Mientras, el presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie), Leonidas Iza, indicó que «sin luz, sin agua, sin empleo, sin justicia y sin seguridad, Ecuador se encuentra atrapado en una crisis multidimensional».
«La crisis energética es consecuencia directa de la falta de un Gobierno competente. No existe planificación en ningún sector del Estado, lo que ha dejado al pequeño sector productivo al borde del colapso», añadió Iza.
La matriz de generación eléctrica de Ecuador está compuesta en más de un 70 % de energía hidroeléctrica, asentada sobre todo en la central Coca Codo Sinclair y en el embalse de Mazar.
Cualquier afectación en estas dos infraestructuras deja en vulnerabilidad al sistema eléctrico del país, lo que en algunos momentos de crisis se ha podido solventar gracias a la importación de electricidad suministrada por Colombia.
Junto a los cortes de electricidad, en algunos sectores de la capital Quito también han comenzado racionamiento de agua de hasta doce horas de duración. EFE